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La gran alegría de José Martí al conocer la noticia de la reanudación de la guerra por la independencia en Cuba

26 de febrero de 2016

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Desde que se hallaba trabajando en forma intensa en los preparativos para la reanudación de la guerra por la independencia de Cuba, José Martí había expuesto en forma metafórica al pronunciar un discurso ante un grupo de emigrados cubanos residentes en la ciudad norteamericana de Tampa, el 26 de noviembre de 1891: “¡Es el sueño mío, es el sueño de todos; las palmas son novias que esperan: y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas!”.
Durante años Martí se consagró al empeño de hacer realidad ese gran sueño, es decir que nuevamente en Cuba se combatiese por alcanzar su liberación del dominio colonial español.
Y el 24 de febrero de 1895 se reinició la lucha. Martí ya en esa fecha se hallaba en la ciudad dominicana de Montecristi, donde había ido a reunirse con Máximo Gómez para desde allí trasladarse al territorio cubano lo más pronto posible.
Y fue en dicha ciudad que conoció que tras superar numerosas dificultades, se había logrado que en los campos de Cuba se iniciase lo que el propio Martí calificó como la Guerra Necesaria.
Él se sintió extremadamente regocijado al conocer esa noticia. Y de inmediato quiso que esto fuera del conocimiento de otras significativas figuras comprometidas con dar su apoyo directo al desarrollo de dicha guerra, como era el caso de Antonio Maceo.
Precisamente unas horas después de haber tenido la confirmación que en Cuba se había reiniciado la lucha, le escribe a Antonio Maceo una breve pero significativa carta.
En dicha carta, fechada en Montecristi el 26 de febrero de 1895, Martí le manifiesta a Antonio Maceo: “Al General escribo hoy, aún más que al amigo: la guerra, a que estamos obligados, ha estallado en Cuba.”
También le detalla la preocupación que tiene por la escasez de recursos monetarios para sufragar los gastos de expediciones mediante las cuales pudieran trasladarse hacia el territorio cubano los patriotas que se hallaban en el extranjero.
Exhorta a Maceo a encarar y vencer las limitaciones. Le expresa: “El patriotismo de usted que vence a las balas, no se dejará vencer por nuestra pobreza, por nuestra pobreza, bastante para nuestra obligación.”
José Martí está consciente de que la presencia de Antonio Maceo en Cuba resultaba indispensable atendiendo a la capacidad y experiencia militar del bravío luchador independentista y el prestigio que había alcanzado durante la denominada guerra de los diez años.
Y confía que gracias a las gestiones que pudiera realizar Flor Crombet se lograría que Maceo pudiera estar lo más pronto posible en el territorio cubano.
En la carta que le envía en la fecha citada le patentiza la confianza que tiene en el aporte que el bravío luchador independentista pudiera darle a la nueva etapa de la lucha para lograr su organización y desarrollo adecuado.
Le detalla: “Cuba está en guerra, General. Se dice esto, y ya la tierra es otra. Lo es ya para usted y lo sé yo”.
Varias semanas después del reinicio de la lucha independentista, tanto Martí como Antonio Maceo, por vías y en fechas diferentes pudieron retornar a Cuba. Maceo fue el primero en llegar.
En el día inicial del mes de abril formando parte de una expedición encabezada por Flor Crombet. Desembarcaron por la zona de Duaba en la parte más oriental del territorio cubano.
Diez días después arribó a la costa cubana Martí, en unión de Máximo Gómez y otros patriotas, en este por Playitas de Cajobabo, también en la zona oriental de Cuba.
Varias semanas después Martí, Maceo y Gómez se reunieron en un sitio identificado como La Mejorana para coordinar como llevar adelante la guerra.
Martí en todo momento estuvo consciente del gran papel que podía desempeñar Antonio Maceo.
Y no es de extrañar que esto fuese así atendiendo a los criterios que él tenía con respecto a su capacidad y firmeza, no sólo como un hombre capaz de luchar con las armas en la mano sino también por la trascendencia de sus principios.
Cabe recordar que ya desde varios lustros antes al valorar el aporte que Maceo podía brindarle al empeño de lograr la liberación de Cuba, Martí había expuesto en una carta que le dirigiera al propio Maceo, en 1882: “No conozco yo, General Maceo, soldado más bravo ni cubano más tenaz que usted. Ni comprendería yo que se tratase de hacer, como ahora trato, y tratan tantos otros, obra alguna sería en las cosas de Cuba, en que no figurase usted de la especial y prominente manera a que le dan derecho sus merecimientos”.
Y de hecho esto fue ratificado por Martí en lo que sería la última carta que le escribiera a Maceo, fechada en este caso el 12 de mayo de 1895.
En dicha misiva al resumir la autoridad de Maceo y cómo podía influir en los demás, enfatizó: “Súbase en los estribos, y haga arder los hombres a su voz”.

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