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La fibra, actúa como si barriera el intestino

15 de marzo de 2013

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Pimiento rojo

La fibra de las frutas y verduras incluye la celulosa y las gomas. Los productos animales, los lácteos, el pescado, las aves y la carne no contienen ningún tipo de fibra, a pesar de su textura en ocasiones fibrosa. Sin embargo, una dieta vegetariana equilibrada resulta siempre rica en fibra.
Entre otras cosas, la fibra actúa como si barriera el intestino, retirando la comida a una velocidad que disminuye la posibilidad de trastornos, previene el estreñimiento y reduce el riesgo de cáncer de colon y otras disfunciones intestinales.
Puesto que los diferentes tipos de fibra dietética cumplen funciones distintas otra vez resulta vital variar al máximo a dieta. Ciertos tipos de fibras (sobre todo las de frutas y verduras) ayudan a rebajar el nivel de colesterol en sangre. Pero no basta, como se dijo en cierto momento con añadir cucharadas de salvado integral a los cereales del desayuno. A parte de provocar cierto malestar, mientras el organismo se adapta a tan inesperada invasión de fibra el salvado integral contiene una gran cantidad de ácido fítico que dificulta la asimilación del hierro y para los vegetarianos esta práctica debería evitarse puesto que, al no comer carne aumenta la necesidad de aprovechar al máximo la ingestión d hierro, lo más aconsejable es incluir alimentos ricos en fibra en cada comida.

 

Sopa de pimiento rojo. Para 6 personas

 

Ingredientes:
•    4 pimientos rojos medianos
•    4 tomates medianos
•    ¼ taza de aceite
•    ½ cdta de mejorana seca
•    ½ cdta de hierbas secas mezcladas
•    2 dientes de ajo majados
•    1cdta de pasta de curry suave
•    1 cebolla roja mediana en rodajas
•    1puerro mediano en rodajas
•    250g de col verde troceada
•    4 tazas de agua
•    1cdta de salsa de guindilla dulce
•    Sal y pimienta negra recién molida
Procedimientos:
Corte los pimientos rojos en cuartos, extraiga las semillas y la membrana y áselos hasta que la piel se vuelva negra y rugosa; cúbralos con un paño de cocina y deje que se enfríen antes de pelarlos. Mientras, marque una  pequeña cruz en la parte superior de cada tomate, póngalos en un pozuelo y cúbralos uno o dos minutos con agua hirviendo; escúrralos, déjelos enfriar y pélelos desde la cruz marcada; córtelos por la mitad y extraiga las semillas con una cuchara.
En una cazuela con aceite caliente cocine a fuego lento las hierbas, el ajo y la pasta de curri un minuto  hasta que desprenda su aroma, añada la cebolla y el puerro y cocínelo tres minutos o hasta que esté dorado; agregue luego la col, los tomates, los pimientos rojos y el agua. Llévelo a ebullición, reduzca a fuego lento y cuézalo veinte minutos. Retíralo del fuego y déjelo enfriar, introduzca la sopa en tandas en una batidora y tritúrela unos treinta segundos o hasta que quede fina, viértala de nuevo en una cacerola limpia, incorpore la salsa de guindillas  y salpimiente. Vuelva a calentarla y sírvala enseguida.

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