La espiritualidad en el proceso salud – enfermedad

30 de mayo de 2014

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Raúl Fuillerat Alfonso

Se ha reportado que la espiritualidad en las personas puede tener un efecto positivo y profundo en los niveles de ansiedad y de depresión, así como su determinación en el propio proceso de recuperación y control mantenido de la enfermedad y de cómo puede erigirse en un caudal poderoso de fuerza de voluntad, de fortaleza espiritual, que propicia calidad de vida y adaptación a la enfermedad.
Se habla también de la influencia que puede tener la religiosidad, las creencias, la oración o cualquier acto religioso que se haga con fe en este proceso de recuperación y control de una enfermedad, por supuesto, sin dejar de tener en cuenta la importancia del tratamiento médico y los especializados que requiere la enfermedad, entre ellos, los de salud mental. Un estudio longitudinal en adultos tardíos encontró que tanto la religiosidad como la espiritualidad traen bienestar; la primera porque incentiva las relaciones personales positivas, el compromiso con la comunidad y la productividad; y la segunda, porque motiva el crecimiento personal y el envolvimiento en tareas creativas o de auto superación, por supuesto, esto no quiere decir que para proceder de esta forma tan adecuada y beneficiosa para la salud sea solamente a través de la religiosidad, simplemente decimos, que no perjudica, cuando se lleva sin fanatismo, con esa creencia que no llegue a ser extrema y que decida todo lo que usted hará en su vida.
Un elemento determinante lo es sin lugar a dudas, es esa fe en uno mismo, que tal vez la religiosidad la pueda reforzar, aunque cuando es en exceso, nos lleva a la no auto confianza, y aquellas personas que no tienen religiosidad, si son personas honestas consigo mismo, con adecuados niveles de auto conocimiento, auto estima y una autovaloración adecuada, pueden tener el mismo efecto positivo que puede brindar la religiosidad a sus creyentes. Aclarado este punto creo que también debemos precisar dos términos que hay tendencia en ocasiones a confundirse y es importante saber distinguir la religiosidad de la espiritualidad.
En el primer caso, la religiosidad, estamos hablando de personas implicadas en las creencias, valores y prácticas propuestas por una institución organizada, que están en la búsqueda de algo sobre natural, divino, glorificado, lo cual logran a partir de una manera de asumir la vida, a partir de los preceptos que le dicta determinada institución religiosa, y contrariamente la espiritualidad, aunque igual que la religiosidad busca lo sagrado, lo divino,  pero lo hace a partir de sus propias experiencias de vida, de sus vivencias, es decir, cuando la persona logra estar conectada y en franca armonía a partir de sus sentimientos con el mundo que le rodea, personas, naturaleza, ambiente y sus propósitos de vida.
Hay autores que plantean la diferencia entre religiosidad y espiritualidad afirmando que esta última es mucho mas universal, ya que la religiosidad se limita a la devoción, el apego, la adhesión de la persona a creencias, valores y prácticas propuestas por una colectividad, la cual determina, establece y prescribe las formas y maneras de ver y vivir la vida.
Esta confusión entre los dos términos, religiosidad y espiritualidad se explica porque todas las religiones intentan promover la espiritualidad sobre la base de sus principios, que son establecidos por las mas diversas formas de creencias religiosas, aunque se puede afirmar que la espiritualidad y la religiosidad no son excluyentes y pueden revestirse, solaparse, envolverse pero también tener su independencia, existir como concepciones diferentes, separadamente, pero si resulta importante diferenciarlas.
La espiritualidad decíamos que es mas universal, no esta atada a los preceptos de una religión dada, es tributaria lo mismo del religioso como del laico, es decir, del creyente y del no creyente, porque precisamente la espiritualidad es la manera como una persona desde su individualidad, desde su subjetividad, desde su mundo interior, percibe, interpreta, entiende, proyecta y vive su propia vida, inspirado en el hecho de estar en la búsqueda de su significado y valor, a partir de esa cultura de paz, de esa sostenibilidad armónica dentro de su mundo interior, caracterizado, por un estado de paz y armonía, en lo que no debe estar ausente la necesidad de encontrar respuestas satisfactorias acerca de la vida, la enfermedad, y la muerte.
No quedan dudas de que en la espiritualidad se va a la búsqueda de lo sagrado, de lo divino, pero siempre a través de cualquier experiencia de la vida, es decir de la propia historia de vida de cada cual, y se refiere a ese andar sin ser perfectos, porque no lo somos, inspirados siempre no solo en los beneficios materiales sino en los espirituales, y es por ello que este concepto se define sobre la base de tres fundamentos esenciales, el primero es el significado y el propósito que le da a cada paso que da en su vida, la voluntad de vivir y por supuesto, el creer en el prójimo y en si mismo, es como si la persona se convirtiera en su propio ser supremo, porque hay adecuados niveles de auto conocimiento, de auto valoración y de auto estima y  la voluntad de vivir, y ya lo comentábamos, el creer en uno mismo, en los demás o en el caso de los creyentes en quien consideren su ser supremo.
Lo anterior explica el porqué de la insistencia de cuando hay una enfermedad crónica no transmisible, que quiere decir que no tiene cura, a esto se refiere el término de crónica, hablamos de la diabetes, del cáncer, del asma, entre muchas otras, donde la espiritualidad determina, influye en la recuperación, en el control, en la calidad de vida del que padece la enfermedad, y puede influenciar sobre todo en esos fundamentos que caracterizan la espiritualidad que citamos anteriormente, la profunda comprensión del propósito o significado que tiene para esa persona, a pesar de la enfermedad incurable que padece, la vida y ese intenso deseo de vivir, sobre la base del significado que le da al vivir.
Esas son las razones que colocan en un papel determinante a la espiritualidad dentro del proceso salud –enfermedad y en el logro del Estado de Salud.