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La crítica constructiva

13 de marzo de 2015

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158702-01_07_2012_18_35_19_382037364Desde hace muchos años escucho la frase “crítica constructiva” y claro está que se refiere a señalar los errores en que ha incurrido una persona con el objetivo que mejore, pero ¿cómo hago esto? No resulta sencillo, y los que creen que basta con utilizar un tono suave y una sonrisita benevolente, agregando un gesto de afecto, me permito informarles que están equivocados, porque existen una serie de características que hay que aprender a manejar para utilizar de manera verdaderamente eficaz la crítica constructiva, que como su propio nombre lo indica, es la antítesis de aplastar, destruir, aniquilar al que se equivocó. En el ámbito laboral, donde se trabaja en equipo, es fundamental que se sepa utilizar la crítica constructiva por diferentes razones como son para crear un ambiente da trabajo sano y cómodo, para que las personas no teman equivocarse porque los demás lo ayudarán con críticas que promuevan al aprendizaje y porque se evita la competencia feroz entre los trabajadores, todo lo cual lleva a un enfoque de trabajo en equipo, donde todos los miembros son capaces de trabajar en colaboración para logar la meta común, entre otros beneficios. Pues bien, la verdadera crítica constructiva tiene, a grandes rasgos cuatro características principales, según el psicólogo Levinson y que son las siguientes: la primera es que hay que ser específico, o lo que es lo mismo, hay que decir claramente que hizo  bien y que hizo mal la persona y como podría mejorar. La segunda es que hay que ofrecer soluciones, señalando nuevas posibilidades y alternativas, haciendo hincapié en las deficiencias que necesitan mayor atención. En tercer lugar hay que manejar adecuadamente la discreción, lo que significa que hay que decir nuestras opiniones cara a cara y en privado en primera instancia para que la persona no se sienta expuesta como en una inquisición. Con respecto  a esto, hay quienes discrepan, porque hay situaciones en que inicialmente la presentación de un proyecto, de un trabajo, es público y esto es cierto, pero el trabajo en equipo lleva como uno de sus atributos que nunca se llegue a una reunión sin antes circular los contenidos de lo que se debatirá, por lo debe existir la posibilidad de un intercambio privado entre los miembros hacia el ponente antes de la exposición pública, porque de no hacerse así, existen pocas posibilidades de que el ponente no se sienta agredido ante las críticas. La cuarta característica es que hay que ser empático al criticar para evitar los resentimientos, y aquí sí cabe lo que popularmente se cree sobre la crítica constructiva y los afectos, porque si todo lo que escribí anteriormente sobre las tres primeras cualidades no se realizan con expresiones extra verbales que manifiesten entendimiento, emociones positivas, pues poco o ningún efecto producen, ya que las respuestas que producen estarán alejadas de la asimilación y el deseo de escuchar para mejorar los errores, llevando entonces a un ambiente de trabajo dañino, provocando animadversiones. Hay algunos vicios que existen alrededor de la crítica y uno de ellos es el referido a la capacidad de quien critica, ya que se suele creer que solo puede hacer señalamientos alguien que es superior o tiene igual o mayor conocimiento sobre el asunto, sin embargo, esto no es absoluto, ya que eso depende de las circunstancias, y para eso les hago una pregunta que los hará pensar y ustedes mismos se podrán responder. Si usted trabaja en una fábrica de hacer juguetes ¿quién es el más calificado para decir si un juguete tendrá éxito? ¿el ingeniero en jefe o un niño?

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