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La Charanga eterna (IV)

21 de junio de 2023

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A través de los años, la Orquesta Aragón, invariablemente, no solo ha conservado, un repertorio calado por una prominente frescura, sino, abierto a ritmos y géneros novedosos, pero consecuentes, con su singular estilo.

Variados aspectos, y muchos otros, llevan a los estudiosos, por tratar de desentrañar el secreto, que encierra una larga carrera de éxitos, permanencia, y vigencia, en el gusto musical, despertado en sus miles de admiradores, no solo en Cuba, sino en disímiles confines del mundo, y grandes aplausos hasta el delirio.

Por otra parte, la Orquesta Aragón, resulta dueña de una cualidad que muy pocas agrupaciones musicales cubanas de su tipo logran conseguir: la de poder desdoblarse en el espacio de un espectáculo, como una orquesta concertante. Esto nadie lo pone en duda, y ha sido su formula, no solo por el talento artístico que reviste a cada uno de sus integrantes, sino también, por el logro y alto concepto de ensamble que la caracteriza.

A principio de 1940, la orquesta ya era ampliamente conocida en el interior del país, incluso mantenía dos programas radiales diarios, uno en “Radio Tiempo”, en Cienfuegos, y otro en “La Casa Virgilio”, de Cruces.

Resulta posible que fuera en estas legendarias plantas radiales, donde la Aragón “cortara” sus primeras placas fonográficas no comerciales. Pero la calidad de las grabaciones que brindaban estas emisoras del interior del país, por entonces, resultaban de pésima calidad en la respuesta, pues para ellas, se empleaban equipos desfasados de plantas capitalinas.

En 1952, Rafael Lay, definitivamente director de la agrupación, decide un viaje a la capital junto a la orquesta, con la intención de grabar algunas placas fonográficas de duro aluminio, en los hoy desaparecidos estudios SONOVOX, de la radioemisora habanera “CMBJ”, localizada entonces, en las calles Estévez # 4 esquina a Montes. En esa oportunidad, dejaron grabadas en placas 45 temas que incluían danzones y boleros. Sin embargo, de aquella producción, en verdad, solo ha aparecido una pequeña relación, guardadas a buen recaudo.[1]

Cumplidas estas gestiones discográficas, la orquesta regresó a Cienfuegos, quedándose en la capital Lay y Depestre para tratar de interesar con estas placas a algún empresario discográfico. Los primeros pasos de ambos músicos fue encaminarse a los estudios cubanos PANART pero el presidente de esta disquera, alegó no contar con el suficiente presupuesto para enfrentar un proyecto discográfico con la orquesta. Aparejado a ello, los de la PANART se apoyaban entonces comercialmente, en la Orquesta América. Esta agrupación musical, gestora del chachachá, y que ya hacía tiempo golpeaba duro a la poderosa firma discográfica norteamericana RCA Victor; entonces afanosamente la RCA buscaba una orquesta poco conocida, pero con calidad suficiente, para lanzarla contra la Orquesta América.

 

[1] Se dice que han aparecido algunas placas con los sellos ininteligibles y surcos que no reproducen.

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