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La canción del regreso

26 de noviembre de 2019

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En mi comentario anterior me referí a la música en los inicios del cine sonoro y, en especial, a “Maracas y Bongó”, donde participó Ernesto Lecuona, aunque no se le dio mucha importancia. Hoy voy a referirme a la música de otro filme de aquellos años: “La canción del regreso”, donde también está la presencia de Lecuona.

Cuentan Luciano Castillo y Arturo Agramonte en el segundo tomo de su libro: “Cronología del cine cubano”, que para justificar las canciones en el argumento romántico de “La canción del regreso” –de Meluzá Otero y con música de Ernesto Lecuona– se incluyó una función benéfica para los Huérfanos del Mar. La obras interpretadas fueron: el tango “Quisiera darte todo”, con letra de Juan Carlos Quiroga y música de Héctor Presas; Emilio Grenet creó: “Con tu recuerdo”, “Quién diría” y “Canción antigua”. Respecto a los intérpretes, debo destacar, en primer lugar, al cantante Fernando Collazo, quien siempre promocionó nuestra música a nivel internacional, inauguró el cine sonoro cubano en el corto “Maracas y bongó” e integró la orquesta “Ensueño”, de Lecuona como contrabajista. Tampoco puedo omitir a Elisa Arnaiz quien era una estudiante avileña de 18 años y había interpretado el rol de doña Rosa, de “Cecilia Valdés”, durante una puesta en escena por La Corte Suprema del Arte en el Teatro Nacional. Rodolfo Duval también era un joven estudiante de Pinar del Río, que había actuado como comediante aficionado en el Teatro Actualidades, y poseía una hermosa voz de barítono. Y estos debutantes compartieron la película, junto a Amador Domínguez y a los experimentados comediantes Alicia Rico y Julito Díaz.

Como usted puede imaginar, cada filmación de películas en nuestro país en la década de los años 30, de la pasada centuria, constituía un verdadero acontecimiento y provocaba comentarios y críticas. En el caso de “La canción del regreso”, se leyeron cosas como ésta: “La canción del regreso” promete ocupar un puesto de honor en el formidable esfuerzo que ha venido realizando la cinematografía cubana estos últimos años. Cinematografistas Unidos, conjunto de entusiastas elementos de la cinematografía, están cimentando con este, su primer filme, una obra de mucho empuje y de mucho aguante.”

En la película a que me estoy refiriendo, hubo que interrumpir el rodaje para grabar las intervenciones musicales. El revelado de los negativos  y copias de trabajo se realizaron en los laboratorios Royal News, y la regrabación y copias finales en los Estados Unidos. Su primera producción terminó en la primera semana de diciembre. Su estreno se produjo en 1939.

No quiero finalizar este comentario sin referirme a la importancia del maestro Ernesto Lecuona en la cinematografía, tanto en obras vocales como instrumentales, que mantienen su vigencia como es el caso de “Siempre en mi corazón”, cuyo título original fue “No puedo quererte” y fue estrenada por Rosa Fornés; pero al ser escogido como tema principal del filme norteamericano. “Always in my heart” se convirtió en: “Siempre en mi corazón” y fue nominada a los Premios Oscar, en 1942. A esta obra podemos añadir otras incidentales para cine como: “Melodías de la guerra”, “Canción de amor” (1931); “Adios Buenos Aires” (1936), en la que participaron: Esther Borja, Ignacio Villa (Bola de Nieve) y el propio Lecuona; “Cancionero cubano” (1939); “La última melodía” (1939); “Carnaval en Costa Rica” y “Costa Rica, ciudad de flores”(1946); y “Malagueña” (1959).

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