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Kid Tunero, caballero del ring

18 de octubre de 2013

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El nombre de Evelio Mustelier quizás no despierte ningún recuerdo entre los más jóvenes amantes del boxeo en Cuba. Incluso, probablemente ni siquiera su apodo, Kid Tunero, resulte conocido; aunque sus triunfos sobre cuatro campeones mundiales y la técnica mostrada en los cuadriláteros convirtieron a este “Caballero del Ring”— como también le decían—, en uno de los grandes del pugilismo cubano.

Su apodo está directamente relacionado con Las Tunas, lugar donde nació, en 1909; aunque, según cuenta el reconocido periodista Elio Menéndez, la familia se mudó a los pocos meses de nacido el niño para Banes, en Holguín.

Allí comenzó la vida boxística del Kid Tunero quien siempre fue fornido, pero no muy alto y mantuvo un peso aproximado de 75 kilogramos. En la zona oriental sostuvo varias peleas, pero ninguna contra un rival de primer nivel. Entonces decidió partir hacia La Habana y aquí su presencia se hizo notar, porque venció, en la mayoría de las ocasiones por KO, a experimentados boxeadores, de nombres muy pintorescos como “La Pantera de Guanajay” o “Chic Su”; también derrotó a Battling Llanos.

El combate contra Llanos se efectuó el 14 de mayo de 1931, en la Arena Polar y fue el último que sostuvo el Kid antes de partir hacia Europa, tras ser contratado por un empresario para pelear en distintas ciudades del Viejo continente.

La gira de Tunero comenzó por Barcelona, en agosto de 1931, y eslabonó una  cadena de 14 victorias consecutivas, con un empate. La calidad de los rivales no fue pareja. En ocasiones eran contrarios poco exigentes; aunque el Kid sí chocó contra importantes peleadores italianos como Clemente Meroni y Giuseppe Reguzzoni. Este último había logrado alguna fama en Estados Unidos.

De la Ciudad Condal el Kid Tunero pasó a París y ese movimiento resultó fundamental en su carrera. La estancia en la capital francesa le permitió aumentar el número de peleas y también conocer a su esposa, con la que tuvo dos hijos varones.

El debut en París fue bueno, porque el Kid empató un fortísimo combate, pactado a 10 asaltos, contra el peso semicompleto estadounidense, John Anderson.  Poco tiempo después, el cubano afrontó su mayor reto: Marcel Thill, quien era el campeón de los pesos medios de Francia y de toda Europa. La pelea se realizó el 16 de enero de 1933 y en las gradas de la arena parisina estaba sentado el gran campeón de los pesos pesados, Jack Johnson.

El duelo quedó pactado a 12 asaltos y el Kid dominó todo el tiempo. Impuso su ritmo, propinó los mejores golpes y convenció a los jueces que votaron unánimemente a su favor. El triunfo lo colocó en los titulares de los medios de comunicación y, además, tuvo la satisfacción de recibir felicitaciones de parte de dos campeones, Johnson y Al Brown quienes fueron hasta su camerino para congratularlo por la victoria.

Luego vinieron más peleas importantes. El Kid Tunero venció en dos ocasiones y empató un combate con el griego Anton Christoforidis quien posteriormente fue campeón mundial de los semipesados. Además, también derrotó al estadounidense Ken Overlin, un hombre que, años más tarde, se convirtió en monarca universal de los pesos medios. El cuarto titular que cayó ante el ímpetu del cubano fue Ezzard Charles. Antes de ese encuentro, Charles estaba invicto en 26 combates; sin embargo, el Kid Tunero sacó la mejor parte del duelo.

La gira de siete años por Europa concluyó en junio de 1938. La despedida se debió, sobre todo, a que el entorno socio-político estaba enrarecido por la Guerra Civil española y la anexión nazi de Austria. No eran los tiempos más felices para el boxeo y Tunero decidió partir hacia Argentina. Allí también triunfó; pero luego optó por volver a La Habana.

El retorno de Evelio a su país fue un gran momento; aunque poco tiempo después su vida dio un giro inesperado. Él había dejado en Francia a su familia y la invasión nazi a ese país cortó todas las comunicaciones. Durante un lustro, el cubano no supo nada de su esposa e hijos. Debieron ser años angustiosos para este hombre que encontró en el boxeo su única forma de mantenerse económicamente. En La Habana continuó peleando y, tras el final del conflicto bélico, pudo reencontrarse con su familia. Una vez más Tunero quiso volver a Europa y estuvo por París, Portugal, Madrid, Zaragoza y Valencia.

La última pelea de Tunero ocurrió en 1948, en La Habana. El panameño Hanking Barrows no parecía un rival tan complejo; sin embargo, el Kid no era el mismo. Tenía 39 años y cuando el árbitro levantó su mano, en señal de victoria, necesitó la ayuda de un médico. Este le aclaró que su estado físico era deplorable. Esa noche, Evelio Mustelier decidió colgar los guantes para siempre.

Con el triunfo de la Revolución, Tunero trabajó en varios gimnasios municipales y luego regresó a Europa, le contó a Menéndez, en una conversación que sostuvieron en Barcelona. Allí se radicó y comenzó a entrenar al cubano José Legrá quien años después sería campeón mundial de los pesos plumas.

El 9 de octubre de 1992, a los 82 años, murió en Barcelona Evelio Mustelier, para el mundo del boxeo el Kid Tunero o el “Caballero del Ring”. Su situación económica era crítica, solo así se explica la decisión del gobierno autónomo de Cataluña de asumir los gastos del entierro.

Uno de los más grandes admiradores que tuvo Evelio fue el escritor estadounidense Ernest Hemingway. El respeto que sentía el Premio Nobel de Literatura hacia el pugilista quedó evidenciado en unas palabras pronunciadas por él antes de que el Kid subiera, por última vez, a un cuadrilátero.

Dijo Hemingway al periódico Prensa Libre: “No le extrañará que uno de los hombres que más quiero sea Kid Tunero, gane o pierda con Barrows. Para mí es el atleta más completo que ha producido Cuba. Si aún quedan caballeros en la tierra, Tunero es uno de ellos. Es puro y simple, como el pan, como el oro.”

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