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Josephine Baker

21 de noviembre de 2018

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La artista francesa de origen norteamericano Josephine Baker fue, o mejor dicho, es, una de las celebridades del siglo XX y lo es por más de una razón: porque combatió el racismo de su natal Estados Unidos, porque combatió el fascismo desde la Resistencia Francesa, y porque llegó a ser una de las vedetes internacionales más conocidas en todo el mundo.

Josephine visitó La Habana más de una vez y siempre fue noticia. Veamos lo que con desenfado farandulero escribía el cronista de de espectáculos del semanario Bohemia

“El gran cartel teatral del año fue Josephine Baker. Llenó los teatros grandes y pequeños, y aunque casi nadie entendió la letra de sus canciones, no hubo un solo criollo que no riera la gracia universal de sus chistes.”

La divina Platanito arribó por vez primera a La Habana en noviembre de 1950 y a sus pies se rindió el mundillo citadino del espectáculo en cada una de sus funciones. En el teatro América de la Calzada de Galiano abarrotó las lunetas y los palcos, dejando satisfechos a cuantos pagaron por entrar y a los empresarios, cuyos bolsillos tampoco dejaron de aplaudir.

Sin embargo, no todo fueron luces para la diva. Josephine era célebre, es cierto, pero era negra. Portaba en su documentación la ciudadanía francesa por naturalización y podía mostrar la insignia de la Legión de Honor, porque además de ser primera figura del Follies Bergere de París, contaba en su expediente con servicios a la causa de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Mas ni aun así pudo alojarse en el Hotel Nacional, cuyos dueños alegaron el pretexto de que se hallaba lleno para no alquilarle una habitación.

No obstante, sectores de la población y de la sociedad cubana manifestaron su desaprobación ante tamaña descortesía y ejemplo de discriminación racial que hería la sensibilidad de la artista y la del hospitalario pueblo cubano.

Dos años más tarde, en 1953, repitió Josephine sus presentaciones, con análogo éxito, demostrando que en su madurez física –pues estaba próxima a los 50 años- conservaba una vitalidad, gracia y talento envidiables.

Josephine Baker ya no regresó hasta después del triunfo de la Revolución, en enero de 1966, esta vez en circunstancias bien distintas, invitada con motivo de la Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina. La prensa la acogió con merecido entusiasmo.

“La presencia de Josephine Baker en La Habana no puede pasar inadvertida. Ella constituye todo un espectáculo y nuestro pueblo lo ha reconocido con su interés en aplaudirla, desbordando en las dos primeras noches la capacidad del teatro García Lorca.

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