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José Martí y sus motivaciones para el desarrollo de la vida

12 de mayo de 2022

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Muerte en Dos Ríos, 1952 Carlos Enríquez Muerte en Dos Ríos, 1952 Óleo sobre tela 165 x 115

Muerte en Dos Ríos, 1952, Carlos Enríquez, Óleo sobre tela, 165 x 115

 

José Martí tuvo una vida relativamente breve puesto que murió a los 42 años, el 19 de mayo de 1895 en la zona de Dos Ríos, en la entonces provincia de Oriente, cuando daba su contribución al desarrollo de la guerra por la independencia, labor a la que se consagró de manera esencial durante muchos años.

Martí a través de su existencia evidenció hallarse motivado por un ideal. Desde la etapa de su juventud él había asegurado en una carta que escribió en 1878 dirigida al entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Joaquín Macal: “Mi oficio, cariñoso amigo mío, es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.”

No vivió Martí en busca de honores y reconocimientos, sino que desenvolvió su vida teniendo en cuenta principios muy sólidos en los que estuvieron presentes aspectos tales como la generosidad, la solidaridad y la sencillez en el modo de actuación cotidiano.

En los discursos, cartas, trabajos periodísticos, poemas, e incluso también en algunos fragmentos que aparecen recogidos en sus Obras Completas Martí expuso consideraciones muy significativas en torno a la vida en sentido general.

Y a manera de ejemplo señalo que en los fragmentos que aparecen reflejados en sus Obras Completas. Martí planteó que la vida es inspiración, la vida es fraternidad, la vida es estímulo, la vida es virtud.

También resaltó que la vida se ha de llevar con bravura e igualmente manifestó que la vida es una prueba y que el que no sabe apreciarla no la merece.

Martí igualmente precisó que la vida es un río quebrado que, en busca de un mar inmenso, corre hacia adelante sin cesar.

Y me parece oportuno hacer referencia ahora en forma específica a cómo Martí encaró y llevó adelante su propia vida acerca de la cual desde la etapa de su juventud auguró que podría ser breve y que no la dejaría de aprovechar.

En realidad es digno de admirar que alguien como Martí con una existencia breve fuera capaz de hacer tantas cosas a la vez y sobre todo de escribir acerca de tan variados temas.

Él hizo realidad algo que había planteado en un trabajo que publicó en La Opinión Nacional de Caracas, el 15 de septiembre de 1882 en el que expuso: “¡Qué hermoso espectáculo el de la variada, indómita, infatigable, sedienta vida humana!”

Martí también reflexionó en torno al sentido de la vida para los seres humanos.

Acerca de ello se refirió en un trabajo en la Opinión Nacional el 19 de mayo de 1882 en el que detalló que el objeto de la vida es la satisfacción del anhelo de perfecta hermosura, porque como la virtud hace hermosos los lugares en que obra, así los lugares hermosos obran sobre la virtud.

Unos días después en otro de sus materiales en este periódico venezolano, específicamente el 15 de junio de 1882, especificó: “El misterio no está en el modo con que se desarrolla la vida, sino en la esencia de la vida.”

Realmente Martí fue consecuente con lo expresado en cartas, trabajos periodísticos, poemas, discursos y otras obras.

Y es que él concibió la vida como una prueba y además como inspiración, fraternidad, estímulo y virtud.

Incluso Martí expuso su criterio acerca de cómo debía culminar la vida. Por ejemplo en la Revista Universal de México, en su edición correspondiente al 13 de noviembre de 1875, planteó que la vida debería concluir en el momento que nos ha hecho gozar más y en El Federalista, también en México, el 11 de febrero de 1876, detalló: “El fin de la vida no es más que el logro difícil de la compensación y conciliación de las fuerzas vitales.”

Puede decirse que Martí sí supo darle un sentido a su existencia y que además de ser un hombre de su tiempo por la trascendencia y vigencia de sus principios se ha convertido en un hombre de todos los tiempos, en permanente fuente de enseñanza e inspiración.

Con respecto a la trascendencia y vigencia de la vida y la obra de José Martí han opinado destacadas personalidades cubanas y de otras partes del mundo.

EL Doctor Armando Hart Dávalos, quién fue Ministro de Educación y también de Cultura y también dirigente del Partido Comunista de Cuba, también fue el Director fundador de la Oficina del Programa martiano y Presidente de la Sociedad Cultural “José Martí” señaló: “Más de un siglo después de su ascenso definitivo a la gloria, en el oriente del país, en la zona conocida por Dos Ríos el 19 de mayo de 1895, debemos proponernos estudiar y divulgar sus ideas con una aspiración emblemática para el siglo XXI: coronar la “Edad de la Razón” con principios éticos, única manera nacional de actuar para abrir cauce a la posmodernidad que podemos admitir.

“Dos ideas nos pueden ayudar a encontrar, sobre fundamentos filosóficos, los caminos políticos, educativos y culturales para enfrentar la distorsión de las ideas esenciales del pensamiento original de la enciclopedia y la ilustración. Estos son, de un lado, las concepciones sobre el equilibrio del mundo y, del otro, las expresadas acerca de la utilidad de la virtud. La idea del equilibrio, como toda su cosmovisión, se fundamenta en la integridad de los diversos planos de la realidad en cuanto ley matriz esencial que rige para la naturaleza, el arte, la ciencia, la economía y las relaciones sociales. “La de la utilidad de la virtud toma como punto de partida las posibilidades del mejoramiento humano. La síntesis de estas ideas solo es posible alcanzarla a escala social e histórica orientada hacia la acción y por ello Martí la llevó al terreno de la educación, la cultura y la política práctica.”

 

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(*) Fuente: Enamorado de la vida, revista Bohemia, 29 de junio del 2001

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