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José Martí y sus Escenas Europeas

28 de julio de 2017

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Plaza José Martí en París

 

Como parte de las crónicas que escribiera desde los Estados Unidos de América y que fueran reflejadas en el periódico La Opinión Nacional de Caracas, Venezuela, entre 1881 y 1882, se encuentran un grupo que han sido agrupadas en sus Obras Completas con posterioridad con el nombre de “Escenas Europeas”.

Estas son las cartas dirigidas por Martí al periódico venezolano en las que ofrecía un interesante panorama acerca de distintos países de Europa.

Inicialmente estos materiales fueron firmados con el seudónimo de M de Z y después utilizó su nombre. Mediante dichas cartas Martí comentaba hechos relacionados con España, Francia, Italia y Europa en general y de forma muy especial hizo referencia a sucesos políticos que tenían lugar en esta parte del mundo.

Por ejemplo, en uno de esos trabajos catalogó a Francia como la patria de los hombres, y la madre generosa de su libertad, que riega siempre con su sangre los árboles que siembra.

Martí había entrado en contacto con la Opinión Nacional de Caracas durante su estancia en Venezuela en 1881. Él vivió varios meses en este país sudamericano y después retornó a los Estados Unidos de América,  desde donde siguió en contacto, con el envío de colaboraciones, con distintas publicaciones latinoamericanas.

Y al ejercer su labor como corresponsal solía comentar sobre diversos temas de actualidad en los Estados Unidos y a nivel internacional.

Referido a Francia él igualmente comentó en relación con la victoria electoral de los republicanos sobre los monárquicos. Y en una de dichas cartas reflexionó de la siguiente manera: “El que ama a su Patria ha de tender a fortificarla de manera que no pueden estremecerla ni ponerla en riesgo los caprichos de sus hijos.”

En otra de sus correspondencias a la publicación caraqueña describió la pugna interna ocurrida en Italia en aquellos tiempos y afirmó que Roma estaba de batalla. Narró el pacto entre el Pontífice León XIII y Alemania, ocurrido en 1882, con la idea de limitar los derechos del imperio romano y también se refirió a la respuesta del rey de Italia.

Al analizar esos hechos Martí llegó a plantear: “¡De cuán mezquinas y personales razones depende en los sistemas monárquicos, la paz de los pueblos!”

En esta serie de trabajos Martí, además, analizó cuestiones relacionadas con  América, que incidían en el viejo continente. Por ejemplo, en una carta fechada el 26 de noviembre de 1881 expuso detalles en torno  a la discusión que se sostenía relacionada con el tema del proyectado canal interoceánico en Panamá.

Analizó la posición de los Estados Unidos al respecto y dijo que como propiedad suya mira el canal el gobierno norteamericano. También comentó el conflicto que se desarrollaba alrededor del paso marítimo por la nación centroamericana y la posición de otros países europeos, puesto que expresó: “Inglaterra, movida de justa previsión y no de celos, estima que debe garantizar la neutralidad del canal  junto con los Estados Unidos…”

Tuvo en cuenta Martí, en las reflexiones que hiciera sobre este candente tema, las posiciones de otros países europeos, como era el caso de España.

Con respecto a España  Martí hizo otras alusiones en los trabajos que elaboró desde Nueva York.

Así, en el trabajo que se reflejó en La Opinión Nacional de Caracas, en la edición correspondiente al 4 de octubre de 1881, con el título “Noticias de España”, expresó: “… el amor a los bienes de la tierra que en definitiva resuelve, o acelera la resolución de todos los problemas, es señaladamente menor que en otros pueblos, en el sobrio y espiritual pueblo de España.”

En otros materiales elaborados durante su estancia en los Estados Unidos de América Martí expuso otras consideraciones en torno a España.

Por ejemplo, él afirmó en un trabajo titulado Rafael Pombo, que a España se la puede amar, y los mismos que sentimos todavía sus latigazos sobre el hígado la queremos bien; pero no por lo que fue ni por lo que violó, ni  por lo que ella misma ha echado con generosa indignación abajo, sino por la hermosura de su tierra, carácter sincero y romántico de sus hijos, ardorosa voluntad con que entra ahora en el concierto humano y razones históricas que a todos se alcanzan, y son como aquellas que ligan con los padres ignorantes, descuidados o malos a los hijos buenos.

También en otro de sus trabajos, en este caso publicado en El Porvenir de Nueva York, el 17 de agosto de 1886, planteó: “Nosotros combatimos  a España por derecho natural de rebeldía que tiene todo pueblo contra el conculcador de su libertad, pero no somos enemigos de los españoles. Somos sus hermanos porque de ellos es nuestra religión, nuestra lengua, nuestras costumbres, nuestra sangre.”

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