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José Martí y sus consideraciones acerca de la juventud

16 de febrero de 2015

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El joven Martí

José Martí apreció la trascendencia que tiene la etapa de la juventud en un ser humano y también enfatizó la necesidad que había de lograr la correcta formación de los  jóvenes y niños
En un trabajo titulado Músicos, Poetas y Pintores, reflejado en el segundo número de la revista La Edad de Oro, señaló que cuando no se ha cuidado del corazón y la mente en los años jóvenes, bien se puede temer que la ancianidad sea desolada y triste.
Tuvo en cuenta  Martí que los niños y jóvenes constituían la mayoría de la población que habita en cualquier país y en el mundo en sentido general.
Precisamente en el trabajo que he hecho referencia, él manifestó en forma categórica: “El mundo tiene más jóvenes que viejos. La mayoría de la humanidad es de jóvenes y niños.”
En correspondencia con  este enunciado, no es de extrañar que se preocupase porque los niños y jóvenes se capacitaran y asimilaran los hábitos y costumbres que les permitiese una debida formación basada en sólidos principios.
En múltiples oportunidades en cartas, discursos, trabajos periodísticos y en sus poemas y obras de teatro, trató temas relacionados con la formación y la relación adecuada entre los seres humanos, y por supuesto particularmente tuvo muy en cuenta la relevancia que esto tenía en los niños y adolescentes.
Un ejemplo elocuente de la preocupación de Martí por esta cuestión se puede encontrar  en el propio trabajo Músicos, Poetas y Pintores en el que antes de hacer referencia a relevantes creadores detalló una serie de conceptos que contribuirían  a la debida orientación de sus jóvenes lectores.
Precisó al respecto:  “La educación empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte.”
Este principio reflejaría su concepción que el hombre en todo momento, desde su infancia hasta la ancianidad, podía superarse.
Y también en este  trabajo titulado Músicos, Poetas y Pintores precisó otras cuestiones  esenciales al expresarle a los más jóvenes lectores de la citada publicación: “En el mismo hombre suelen ir unidos un corazón pequeño y un talento grande. Pero todo hombre tiene el deber de cultivar su inteligencia, por respeto a sí propio y al mundo. Lo general es que el hombre no logre en la vida un bienestar permanente sino después de muchos años de esperar con paciencia y de ser bueno, sin cansarse nunca. “
Y añadió José Martí  que ser bueno da gusto, y lo hace a uno fuerte y feliz.
En otras ocasiones, en los trabajos que publicara en distintos periódicos y revistas con los cuales colaboró Martí expuso otras significativas consideraciones en torno a la juventud, la que catalogó como la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y del ímpetu.
Él aseguró en forma categórica que la actividad es el símbolo de la juventud. También planteó que cuando se es joven, se crea, en un comentario que hiciera sobre  la obra dramática “Los Maurel”, de Roberto Esteva. Este comentario salió publicado en la  Revista Universal, de México, el 4 de enero de 1876.
Algunos años después en una de sus colaboraciones para el periódico norteamericano The Sun, en su edición correspondiente al 30 de octubre de 1881, en el trabajo titulado La carrera y las obras del español Eduardo Zamocaois, hizo el siguiente planteamiento: “La juventud es una mariposa medio enloquecida: quema en la  primera luz sus alas frágiles y la carga delicada de sus ensueños.”
Martí no sólo expresó conceptos generales en torno a lo que para él significaba la juventud, sino también se refirió a cómo debía actuar. Y un ejemplo de ello lo podemos encontrar en lo que patentizó en una de sus crónicas dirigida a La Nación de Buenos Aires, Argentina. En la edición del 16 de agosto de 1889, Martí manifestó: “La juventud ha de ir a lo que nace, a crear, a levantar, a los pueblos vírgenes, y no estarse pegada a las faldas de la ciudad como niñotes que no quieren dejarle a la madre el seno.”
Y en octubre de 1889 en la sección de la cuarta edición de la revista La Edad de Oro, Martí expuso una consideración válida para todos los seres humanos y de modo muy especial para los niños y jóvenes, al decir que se ha de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar, y hacer que la electricidad que mata en un rayo, alumbre en la luz y que el hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre, y viendo la muerte de cerca, como el cazador del elefante. Y seguidamente enfatizó: “La vida de tocador no es para hombres. Hay que ir de vez en cuando a vivir en lo natural, y a conocer la selva.”

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