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José Martí y su trabajo “Tres héroes” en la revista “La Edad de Oro”

1 de julio de 2016

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Miguel Hidalgo, Simón Bolívar y José de San Martín

 

José Martí sintió una gran admiración por los hombres que eran capaces de simbolizar las virtudes de sus pueblos, a los que catalogó como héroes, a los que consideró como patrimonio de todas las edades y comensales de toda mesa y de toda casa familiares.
En torno a los héroes Martí ofreció valoraciones significativas en los materiales incluidos en la revista La Edad de Oro, de la cual se editaron cuatro números entre los meses de julio y octubre de 1889.
La Edad de Oro fue una publicación concebida y escrita por Martí y dirigida especialmente a los niños.
En la introducción del primer número de La Edad de Oro, precisamente Martí afirmó: “Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”.
En el propio anuncio de la publicación Martí señala que deseaba poner en manos del niño de América un libro que lo ocupe y regocije, que le enseñe sin fatiga y le cuente en resumen pintoresco lo pasado y lo contemporáneo.
Como un buen padre que conversa con sus hijos y con palabras sencillas y láminas Martí trata con los niños acerca de cuanto ellos necesitaban o desearan saber y les habla de diferentes cosas útiles.
El primer trabajo que José Martí incluyó en la edición inicial de “La Edad de Oro” trata sobre tres relevantes luchadores independentistas latinoamericanos, Simón Bolívar, Miguel Hidalgo y José de San Martín.
Comenzó dicho trabajo haciendo alusión a la llegada de un viajero a Caracas, la capital de Venezuela, que en realidad era él aunque el lo redactó en tercera persona, que sin sacudirse el polvo del camino, “no preguntó dónde se comía, ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar”.
Y agregó que el citado viajero solo con los árboles altos y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua, “que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca un hijo.”
Seguidamente enfatizó: “El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre. A Bolívar, y a todos los que pelearon como él porque la América fuese del hombre americano. A todos: al héroe famoso, y al último soldado, que es un héroe desconocido.”
Antes de ofrecer detalles acerca de la vida y labor de Bolívar, San Martín e Hidalgo, Martí expuso una serie de importantes consideraciones en este trabajo.
Primero resaltó que hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su patria. También comentó en torno a la libertad acerca de la cual planteó que “es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.”
Señaló que un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, “no es un hombre honrado”. Y añadió: “Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas y permite que pisen el país en que nació los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado.”
Igualmente Martí opinó sobre la actitud a asumir por los niños y dijo: “El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres, y debe ser un hombre honrado.”
Martí expresó, además, que el niño que no piensa en lo que sucede a su alrededor, “y se contenta con vivir, sin saber si vive honradamente, es como un hombre que vive del trabajo de un bribón, y está en camino de ser bribón.”
En el trabajo “Tres Héroes” especificó que hay hombres que son peores que las fieras y que había algunos que vivían contentos aunque viviesen sin decoro, así como también precisó que había otros que padecen en agonía “cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor.”
Y resaltó de inmediato: “En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz.”
Significó que cuando hay muchos hombres sin decoro, “hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”, y que esos eran “los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro.”
Sentenció: “En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.” E indicó seguidamente que eran hombres sagrados Bolívar, de Venezuela, San Martín, del Río de la Plata, e Hidalgo, de México.
Instó a que se les debían perdonar sus errores, “porque el bien que hicieron fue más que sus faltas” y planteó algo muy significativo al exponer que “los hombres no pueden ser más perfectos que el sol”.
“El sol quema –añadió– con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.”
Después de haber expuesto estas consideraciones Martí empezó a enumerar las características y la trascendencia de la labor realizada, respectivamente, por Bolívar, Hidalgo y San Martín.
De Bolívar expresó que era pequeño de cuerpo y que los ojos le relampagueaban y las palabras se le salían de los labios y que parecía como si estuviera esperando siempre la hora de montar a caballo.
Sobre el cura Hidalgo patentizó que desde niño fue de la raza buena, de los que quieren saber. Y de San Martín señaló que hablaba poco, parecía de acero y miraba como un águila.
En la parte final de este trabajo al resumir lo que experimentaba al tratar acerca de esos relevantes luchadores independentistas de América Latina, Martí escribió: “El corazón se llena de ternura al pensar en esos gigantescos fundadores. Esos son héroes; los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad. Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otro pueblo sus tierras, no son héroes, sino criminales.”
En la edición inicial de “La Edad de Oro”, Martí publicó otros trabajos que también trataron de manera directa o en forma metafórica el valor que le atribuía a los héroes y sobre todo puso de manifiesto que se puede ser héroe sin necesidad de hechos trascendentales, sino igualmente con acciones sencillas y cotidianas.
Del tema de los héroes Martí igualmente hizo referencia en otros trabajos periodísticos, así como en cartas que escribiera y en discursos que pronunció.

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Ariel Casás / 8 de noviembre de 2016

cuando fue la primera edición en Cuba y donde se Imprimio