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José Martí y su oposición a la idea del anexionismo de Cuba a los Estados Unidos

11 de marzo de 2020

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José Martí, 1989 Gloria González José Martí, 1989 Óleo sobre tela 98 x 68 cm Colección privada

José Martí, 1989, Gloria González, Óleo sobre tela, 98 x 68 cm, Colección privada

 

José Martí señaló que cuando un pueblo cercano a otro puede verse en ocasión, por el extremo de su angustia política o por fatalidad económica, de desear unir su suerte a la nación vecina, debe saber lo que la nación piensa de él, debe preguntarse si es respetado o despreciado por aquellos a quienes pudiera pensar en unirse, debe meditar si le conviene favorecer la idea de la unión, caso de que resulte que su vecino lo desprecia.

Martí se opuso resueltamente a una de las corrientes políticas que estaban presentes en ciertos sectores en Cuba durante la segunda mitad del siglo XIX: la de procurar la anexión de nuestro territorio al de Estados Unidos.

La posición de Martí al respecto se puso particularmente de relieve en la carta que le enviase al director del periódico The Evening Post, de Nueva York. Esta carta fue difundida por la citada publicación el 25 de marzo de 1889.

Martí expuso que no era ese el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba y agregó que era probable que ningún cubano que tenga en algo su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia.

Y agregó: “Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter.”

José Martí envió esta carta al director del The Evening Post para refutar y condenar lo expuesto en dos publicaciones norteamericanas con respecto a Cuba y su pueblo.

El 16 de marzo de 1889 el diario The Manufacturer, de Filadelfia, vocero oficioso del Partido Republicano había publicado un artículo titulado “¿Queremos a Cuba?” en el que con motivo del debate acerca de la posible adquisición de la isla por Estados Unidos, se emitían opiniones indignas en relación con los cubanos.

Pocos días después, el 21 de marzo, el diario The Evening Post, de Nueva York, comentaba favorablemente el artículo reflejado en el rotativo de Filadelfia.

En ambos trabajos se había hecho un análisis acerca de la conveniencia o no por parte de Estados Unidos de comprarle a España su colonia, es decir, el territorio cubano.

Martí, con singular firmeza y dignidad, dio respuesta cabal a los insultos contenidos en el trabajo que publicara el periódico The Manufacturer y reiterados en buena medida por el otro material que incluyó en sus páginas el The Evening Post.

Y señaló con particular énfasis: “No somos los cubanos ese pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales que a The Manufacturer le place escribir; ni el país de inútiles verbosos, incapaces de acción, enemigos del trabajo recio, que, junto con los demás pueblos de la América española, suelen pintar viajeros soberbios y escritores.”

Esta carta escrita por José Martí suele ser identificada con el nombre de “Vindicación de Cuba”.

Precisamente atendiendo a la importancia que le atribuyera a la lucha en el campo de las ideas, Martí publicó un folleto en Estados Unidos, en el que incluyó los dos trabajos periodísticos anteriormente citados, y su carta respuesta, así como una nota introductoria.

También en esta nota después de exponer múltiples ejemplos con respecto al valor y la inteligencia de los cubanos, Martí igualmente detalló su criterio acerca de la lucha por la independencia de Cuba, al manifestar: “La nueva generación es digna de sus padres. Centenares de hombres han muerto después de la guerra en el misterio de las prisiones. Sólo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad.”

Y resaltó en la parte final de la significativa carta en la que resumió la digna actitud de los cubanos que estaban verdaderamente interesados en llevar adelante la causa de la independencia de su tierra natal en contraste con la actitud de los que soñaban ver a Cuba anexada a los Estados Unidos: “Y es la verdad triste que nuestros esfuerzos se habrían, en toda probabilidad, renovado con éxito, a no haber sido, en algunos de nosotros, por la esperanza poco viril de los anexionistas, de obtener libertad sin pagarla a su precio, y por el temor justo de otros, de que nuestros muertos, nuestras memorias sagradas, nuestras ruinas empapadas en sangre, no vinieran a ser más que el abono del suelo para el crecimiento de una planta extranjera; o la ocasión de una burla para The Manufacturer de Filadelfia.”

El 30 de julio de 1892 teniendo como título la palabra Carácter, José Martí también publicó un trabajo en el periódico Patria en el que analizó y fustigó la corriente política que propugnaba la posible anexión de Cuba a los Estados Unidos y al respecto alertó sobre este peligro que a su juicio no parecía algo sensato para poder librar a Cuba de los problemas que iba resolviendo por sí misma.

Martí precisó que no era adecuado procurar la anexión con un pueblo en cuyo seno, ensangrentado ya día sobre día, se plantean con ira formidable problemas mil veces más graves que los problemas cubanos.

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