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José Martí y su labor como creador de obras de teatro

13 de octubre de 2017

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José Martí evidenció su gran sensibilidad artística y literaria a través de su breve pero fecunda existencia.

Además de ser un activo creador como tal puesto que escribió tanto poemas, como obras de teatro, una novela y por supuesto excelentes crónicas, también expresó en sus trabajos criterios significativos sobre la música, la literatura, la pintura, la escultura, el teatro y la danza.

Hay quienes afirman que aunque le concedió a la música una especial trascendencia sintió una gran predilección por el teatro.

Al detallar lo que concebía en relación con el teatro en un trabajo publicado en la Revista Universal, de México, el 4 de agosto de 1875, llegó a señalar que no es más que el conjunto de algunos sueños y el reflejo de algunas ideas.

Él creó varias obras en el campo de esta manifestación artística. Cito primero su drama en verso titulado Abdala, publicado el 23 de enero de 1869, en el primer y único número del periódico La Patria Libre.

Tenía Martí tan sólo 15 años cuando escribió esta obra en la que patentizó el simbolismo que le daba salir a combatir y a morir en defensa de su tierra natal por parte de un joven valeroso identificado como Abdala.

La obra comienza cuando el senador le comunica a Abdala que un feroz y necio conquistador amenaza, y que había enviado un emisario reclamando que se rindiese fuego y aire, tierra y agua.

Ante esa noticia el personaje Abdala responde con firmeza:

Pues decidle al tirano que en la Nubia

Hay un héroe por veinte de sus lanzas:

Que del aire se atreva a hacerse dueño:

Que el fuego a los hogares hace falta:

Que la tierra la compre con su sangre:

Que el agua ha de mezclarse con sus lágrimas.

Y en la parte final se describe la emoción que sentía el joven Abdala, que había sido mortalmente herido, al saber que el agresor había sido derrotado. La obra concluye con la siguiente afirmación del joven guerrero:

 ¡Oh, qué dulce es morir, cuando se muere

 Luchando audaz por defender la patria!

Posteriormente Martí escribió otras obras, las identificadas como Adúltera, Amor con amor se paga, que resultó representada en México el 19 de diciembre de 1875 y el drama indio Patria y Libertad.

Adúltera fue concebida por Martí durante su permanencia en España, en el período comprendido entre 1871 y 1874.

Está estructurada en tres actos y aparecen cuatro personajes: el marido, su mujer, el amante y un amigo.

La trama de la citada obra gira en torno a un amor completamente lleno de dudas.

Al hacer referencia a Adúltera, en unas notas que escribiera algún tiempo después de haberle enseñado dicha obra a varios de sus amigos, Martí llegó a señalar: “Todos presentan este amor simpático: yo lo presento repugnante. Todos, contagiados del espíritu infame, lo hacen natural, y en cierto modo lógica consecuencia de pasiones atenuantes del amor de la mujer. Yo lo hago, como casi siempre es: frío, brutal y carnal.”

En la parte final de su análisis relacionado con su obra Adúltera, Martí igualmente manifestó cuál había sido su propósito esencial cuando creó este drama.

Él planteó: “¡Yo no he querido más que pintar una pasión, en bella forma, con moral objeto!”

Y al establecer una comparación con el contenido de su pieza teatral y cómo sería él capaz de reaccionar, señaló con meridiana claridad: “¿Cómo sentiría yo los celos? Me he dicho. ¡Así los sentiría!, me he contestado.”

Amor con amor se paga fue elaborada por él en México, poco tiempo después de haber llegado a este país en 1875.

Dicha obra resultó representada en un teatro de la capital mexicana en ese mismo año, exactamente en el mes de diciembre.

En esta obra de Martí un hombre y una mujer dialogan en torno al proverbio Amor con amor se paga.

Y precisamente, al valorar el significado del amor, uno de los personajes dice:

      Verdad es ella, que el fuego

      De vuestros ojos me abraza,

      Y todo prende y arrasa,

      La antorcha del amor ciego:

      Pero lo cierto es que luego,

      Fénix, renace el amor,

      Y de un campo sin verdor

      Hace un raudal de fortuna,

      Y de un sepulcro, una cuna,

      Y de una piedra, una flor!

La cuarta y última de las obras de teatro escritas por Martí fue el drama indio que creó durante su estancia en Guatemala, entre 1877 y mediados de 1878, y que tituló Patria y Libertad.

Está integrado por dos actos, los que a su vez se hayan conformados por varias escenas.

La obra Patria y Libertad es movida, de carácter épico, en la que se evidencia el amor de Martí por lo que él catalogara como Nuestra América.

También se refiere a la explotación del indio por el régimen colonial y el clero español y refleja en forma elocuente el patriotismo y las ansias de libertad e independencia.

Más allá de su labor específica como creador de obras, Martí fue un gran amante del teatro y en varias ocasiones expuso consideraciones en torno a representaciones a las que asistió.

Por ejemplo en una de las primeras colaboraciones que hizo para la Revista Universal de México, exactamente en la edición correspondiente al 8 de junio de 1875, detalló criterios acerca de la actividad teatral en dicho país, e incluso hizo el siguiente planteamiento: “Irrita ver a un pueblo nuevo y rico en inteligencias fértiles creadores, servilmente apegado a un teatro cansado y añejo. La inteligencia tiene el deber de emplearse; ¿por qué se han de perder las fuerzas inteligentes en la pereza y la apatía?”

También Martí afirmó, que el teatro es copia y consecuencia del pueblo y que un pueblo que quiere ser nuevo, necesita producir un teatro original

Comentó que pintar pasiones, que es el objeto del teatro, no es pintar una pasión exclusiva, fenomenal, aislada y además precisó que las pasiones deben levantarse en el teatro, cuando se levantan gradual, incontrastable y visiblemente, naturalmente, como las olas de la mar, – levantan en alto, por reacciones grandiosas: el hombre como debe ser.

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