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José Martí y las cartas rimadas que le envió a varios de sus amigos

16 de junio de 2017

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Una original vía para comunicarse con sus amigos la encontró José Martí en la poesía. A través de unas cartas rimadas se dirigió a Adelaida Baralt, a Enrique Estrázulas, a Néstor Ponce de León, a Juan Bonilla y a Serafín Sánchez.

La primera de estas cartas que aparece en sus Obras Completas es el soneto dirigido a Adelaida Baralt, en la que le señala:

 

Ayer, linda Adelaida, en la pluviosa

Mañana, vi brillar un soberano

Árbol de luz en flor, -¡ay! un cubano

Floral, -nave perdida en mar brumosa.

 

En otra carta rimada enviada a Adelaida Baralt, Martí hizo referencia a su novela Amistad Funesta, que publicó en El Latino Americano de Nueva York con el seudónimo de Adelaida Ral.

Los editores de la revista le habían encargado la novela a Adelaida pero ella le trasladó dicha solicitud a Martí, quién finalmente escribió la citada obra. Y en la carta rimada que después le escribiría a Adelaida Baralt, le detalló:

 

La comisión ahí envío:

¡Bien haya el pecado mío

Ya que a Ud. Le deja parte!

Cincuenta y cinco fue el precio:

La quinta es de Ud., la quinta

De cincuenta y cinco, pinta

Once, si yo no soy necio.

Para alivio de desgracias

¡Sea!: de lo que yo no quiero

Aliviarme es del sincero

Deber de darle las gracias.

 

La más extensa de las cartas rimadas fue la que le envió a Enrique Estrázulas, quién era cónsul de Uruguay en Nueva York. En esa misiva poética, le expresó primero:

 

Téngame amistad mayor

Por no escribirle, que ese

Silencio, aunque a Ud. le pese,

No es silencio, que es pudor.

 

Esta carta rimada cuenta con un total de 30 cuartetas. En ella reiteró sus convicciones políticas al precisar:

 

Sabe Ud. que para mí

No hay agua, ni pan, ni sol,

Mientras mandé el español

En la tierra en que nací

 

Y con respecto a su vida y sus principios afirma en otra parte de la citada carta en forma de poema:

 

Viva yo en modestia oscura;

Muera en silencio y pobreza;

¡Que ya verán mi cabeza

Por sobre mi sepultura!

 

El 21 de octubre de 1889 Martí se dirigió a Néstor Ponce de León igualmente a través de una carta rimada algo extensa. A modo de dedicatoria emplea dos versos y después el poema cuenta con 25 cuartetas en las que trata cuestiones de carácter político.

Otras dos cartas rimadas, ya breves, le escribió a Juan Bonilla. La primera está conformada por 5 cuartetas y la otra por 10 versos. Precisamente en esa última le expresó a Bonilla:

 

Mi querido amigo Juan:

He puesto ahora mismo el nombre

De usted como ejemplo de hombre,

En unas cartas que van

Camino al cayo, y dirán

Al constante Cayo Hueso

Que en esta angustia y exceso

De oficio que ahoga mi vida,

Por lo noble no lo olvida

Su amigo: ni olvida el $ 1.00.

 

La última carta rimada recogida en sus Obras Completas es la que Martí le escribió a Serafín Sánchez, en cuya parte inicial le manifiesta:

 

Mi señor don Serafín:

¿Con que muerto, y no se qué

Más, y que ya piensa usted

Que “mi amor llegó a su fin”?

Si lo piensa, mal pensó;

Lo que pasa, lo que sí

Es gran verdad, es que aquí

No hay más que un muerto, y soy yo.

 

Martí le contó a Serafín Sánchez el gran anhelo que sentía por ver a su patria libre del yugo colonial español:

 

De tanto ver padecer

Sin ver cómo consolar,

Y tanto amargo llorar

Donde no lo dejo ver;

De tanto esperar en vano

Con el corazón deshecho

Que le vuelva el alma al pecho

Al triste pueblo cubano.

 

No resulta extraño que Martí utilizase esta original forma de comunicarse con sus amistades atendiendo a la trascendencia que para él tuvo la poesía en el transcurso de su breve pero fecunda existencia.

Desde la etapa de su juventud hasta pocos años de producirse su caía en combate en 1895 escribió múltiples poemas en los que hizo alusión a familiares y amistades y también reflejó vivencias de diferentes etapas de su vida y detalló conceptos de gran significación.

También en sus poemas, así como en la introducción de los dos libros que logró editar, Ismaelillo y Versos Sencillos, y en cartas y trabajos periodísticos se refirió al valor que le atribuyera a la poesía y la labor específica de los poetas.

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