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José Martí: la presencia del amor en sus poemas

26 de septiembre de 2022

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"El arroyo de la sierra", 1997, Alicia Leal, Serigrafía, 50 x 70 cm

“El arroyo de la sierra”, 1997, Alicia Leal, Serigrafía, 50 x 70 cm

 

José Martí catalogó al amor como la excusa de la vida y como la única ley de la autoridad. Tanto en cartas, trabajos periodísticos, en obras de teatro, su única novela y en sus poemas él hizo alusión al amor y expuso principios trascendentales en torno a este sentimiento que entrelaza y fortalece a los seres humanos.

Martí comentó que no sabe de la delicia del mundo el que desconoce la realidad de la idea y la función espiritual que viene del constante ejercicio del amor y señaló igualmente que el amor constituía el sol de la vida.

De manera muy especial reflejó la palabra amor en sus Versos Sencillos y Libres, respectivamente, así como en otros múltiples poemas que elaboró en distintas etapas de su breve pero fecunda existencia.

Por ejemplo en relación con el  tema del amor en un poema que publicó en 1875 en la Revista Universal de México, afirmó:

Amor, es más que amar

Aún se ama, luego

Que se ha apagado

De la vida el fuego.

También en esa revista mexicana Martí publicó una trilogía de poemas con el título Sin amores.

En la parte inicial del primero de dichos poemas, reflejado en la edición del 11 de marzo de 1875, él afirmó:

Qué cante? ¡Espera, espera todavía!

                   Yo vivo sin amor: ¿quién sin amores

                   Su soledad doliente cantaría?

                   Alma sin besos, sol sin esplendores.

 

Y además expuso en ese poema que está estructurado en cuatro partes:          Amor; ¡es más que amar! ¡Aún se ama, luego

                   Que se ha apagado dela vida el fuego!

                   Se ama cuando en el ser fortalecido

                   Por besos de mujer, el sol se enciende:

                   Cuando en cielos de paz, la luna esplende;

                   Cuando en el corazón está dormido  

                   De dolor el dolor, que, a veces, tanto

                   Sufre mi corazón que llora el llanto,

                   ¡Y hasta el dolor se siente adolorido!

En varios de los poemas que conforman sus Versos Libres, calificados como tajos de sus propias entrañas y cómo sus guerreros, Martí precisó cuestiones relacionados con el amor.

En el Verso Libre que aparece en sus Obras Completas como Hierro, aunque se especifica que Martí lo había titulado “Hora de vuelo” él señaló al referirse al amor:

¡Oh verso amigo,

Muero de soledad, de amor me muero!

No de amores vulgares; estos amores

Envenenan y ofuscan. No es hermosa

La fruta de la mujer, sino la estrella.        

Otro ejemplo es el poema titulado La Poesía es sagrada en cuya parte inicial detalló:

La poesía es sagrada. Nadie

                   De otro la tome, sino en sí. Ni nadie

                   Como a esclava infeliz que el llanto enjuga

                   Para acudir a su inclemente dueña

                   La llame a voluntad: que vendrá entonces

                   Pálida y sin amor, como una esclava.

Igualmente en sus Versos Sencillos se pueden apreciar más de 15 alusiones al amor.

En el primero de los 46 poemas que conforman este libro que fue editado en Nueva York en 1891, Martí manifestó:

Si dicen que del joyero

                   Tome la joya mejor,

                   Tomo a un amigo sincero

                   Y pongo a un lado el amor.

En el onceno de los Versos Sencillos hace alusión a una historia llena de amor al tratar sobre la joven María Granados, calificada por él como la Niña de Guatemala la que se murió de amor. Expuso en la parte inicial de ese Verso Sencillo conformado por nueve cuartetas:

Quiero a la sombra de un ala,

                   Contar este cuento en flor:

                   La niña de Guatemala,

                   La que se murió de amor.

En  el poema número 17 también planteó:

¡Arpa soy, salterio soy

                   Donde vibra el Universo:

                   Vengo del sol, y al sol voy:

                   Soy el amor: soy el verso!

Y en el vigésimo sexto de los Versos Sencillos, aseguró:

Yo que vivo, aunque me he muerto,

                   Soy un gran  descubridor,

                   Porque anoche he descubierto

                   La medicina de amor.

Más allá de sus Versos Libres y Sencillos, respectivamente, Martí expuso otras consideraciones significativas sobre el amor en otras de sus obras poéticas.

No es posible citar todos los poemas en los mencionó la palabra amor, así que tan sólo citó algunos.

Señalo al respecto que en el titulado Era el sol enfatizó:

El amor, como un águila, vuela

Sobre el cráneo poblado del hombre,

Y tal aire en sus alas encierra

Que lo empuja sobre la tierra

Con vuelo sin nombre

Y a tal punto el amor transfigura

Que la atónita tierra no sabe

Si aquel astro que vuela es ave

O humana criatura.

Y en el poema Vino el amar mental, Martí expresó:

Vino el amor mental: ese enfermizo

                   Febril, informe, falso amor primero,

                   ¡Ansia de amar que se consagra a un rizo,

                   Como, si a tiempo pasa, al bravo acero!

Vino el amor social: ese alevoso

Puñal de mango de oro, oculto en flores

Que donde clava, infama: ese espantoso

Amor de azar, preñado de dolores.

Vino el amor del corazón: el vago

Y perfumado amor, que el alma asoma

Como el que en bosque duerme, eterno lago,

La que el vuelo aún no alzó, blanca paloma.

Y la púdica lira, al beso ardiente

Blanda jamás, rebosa a esta delicia,

Como entraña de flor, que al alba siente

De la luz no tocada la caricia.

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