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José Martí ante la fotografía

29 de octubre de 2021

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“Caballo en movimiento”, Edward James Muybridge

 

La fotografía fue uno de los avances más notables alcanzado y perfeccionado con relativa rapidez durante la segunda mitad del siglo XIX, al punto que ya en los finales de aquella centuria dos aspectos provocaban la investigación y los ensayos de los interesados: la foto a color y la foto desde un punto en movimiento. Acerca de ambos, Martí dedicó espacio en la “Sección Constante”, que publicó durante 1881 y 1882 en el diario La Opinión Nacional de Caracas.

En la edición del 2 de diciembre de 1881, la primera y amplia nota se refiere precisamente al color. Allí evidencia la actualización informativa al respecto que poseía, obtenida, con seguridad, por su manejo de fuentes periodísticas y libros en inglés y francés. La nota explica la presentación a la Academia de Ciencias de París de las fotografías de una acuarela, “en la que se notan exactamente reproducidos los detalles y colores del original.” El periodista describe en detalle el procedimiento ideado por Charles Cross y Jules Carpentier.

“En fotografías se han sacado por medio de tres clichés para cada objeto; clichés obtenidos respectivamente a través de tres diafragmas líquidos, uno anaranjado, otro verde y otro violeta. La opacidad y la trasparencia varían de un cliché a otro en las porciones homólogas de la imagen, a fin de distribuir las cantidades relativas de rojo, amarillo y azul (que son los colores simples que forman todos los de la naturaleza), de manera que compongan y reproduzcan todos los matices del modelo.” Paso a paso, Martí expone cómo se fija una capa de colodión sobre papel o sobre vidrio y se seca al calor hasta ser empapado con bicromato de amoniaco. Después la placa se sensibiliza, se expone a luz difusa, se lava y se sumerge en un baño de colorante. En las partes protegidas se fija la materia colorante y al repetirse tres veces esa operación por cada diafragma, marcados respectivamente por un baño de colorante rojo, verde y amarillo, van quedando los distintos colores de la imagen.

Las acciones de Edward James Muybridge le hacen afirmar al Maestro: “—La fotografía está alcanzando victorias extraordinarias.” Este británico que se inició en la fotografía en Estados Unidos, donde se estableció, señala el periodista en su “Sección Constante” del 18 de enero de 1882 “que consiguió hace poco retratar con toda perfección un caballo que marchaba a paso de trote”, lo cual llevó a otros fotógrafos de Europa a perfeccionar esa técnica, como Charles Hiekel, quien tomó fotos desde un barco navegando; el francés Andra, que retrató a una niña jugando a la cuerda suiza y un inglés, cuyo nombre Martí no da, que fotografió a golondrinas en vuelo y que obtuvo hasta la sombra de las aves en vuelo en el agua de una laguna.

Al volver sobre este tema en la “Sección Constante” del 15 de abril de 1882 Martí aclara que fue Muybridge quien fotografió a las aves en vuelo. En esa misma nota refiere también que un joven químico y fotógrafo alemán llamado Richard Jahr “acaba de obtener, con asombro de los fotógrafos, el primer retrato a la luz de la luna.” Detalla que Jahr realizó dos intentos fallidos y que lo alcanzó en el tercero al exponer la plancha a la luz de la luna durante siete horas. Y, como siempre, Martí piensa en los pueblos de nuestra América, y cierra la nota con esta pregunta: “¿Por qué no prueban nuestros fotógrafos a copiar paisajes de nuestro valle arcadiano, en esas noches caraqueñas no igualadas, en que la naturaleza hace gala de su hermosura, y se alza la Luna serenamente, con su luz penetrante, límpida y majestuosa?”.

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