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José Antonio Méndez y el filin (I)

22 de marzo de 2013

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José Antonio Méndez

Como se sabe, el grupo fundador del filin tuvo su recinto en una vivienda del callejón de Hamel, próxima a Infanta y San Lázaro, donde se reunían ,entre otros, José Antonio Méndez, César Portillo de las Luz, Luis Yáñez, Rosendo Ruiz, Ñico Rojas, Elena Burque y Omara Portuondo , además de Tirso Díaz con sus hijos Ángel y Tirso, quienes habitaban la casa.
« El filin–decía José Antonio Méndez- quiere decir sentimiento, pero para nosotros más bien era también algo de la época nuestra, del tiempo que vivíamos. No era sutileza, sino decir algo. Uno podía tener voz ronca, pero si enviaba un mensaje o decía algo ya tenía filin. De inmediato el término feeling o filin, porque lo españolizamos, pasó a dominar todo lo bueno, lo moderno (…) cada vez que uno ponía más de la tónica y dominante establecida, una novenilla, una séptima, se decía: “Ah, esa cosa tiene filin”.
Y es que nosotros buscábamos la espontaneidad, romper la monotonía. Para nosotros filin era tener algo propio, un sello, una onda del tiempo y del gusto, del buen gusto de la época ».
Apreciado como un género dentro de la canción cubana, el filin nació en la década del cuarenta del pasado siglo y asentó la incorporación de nuevos elementos expresivos a la melodía, usualmente con acompañamiento de guitarra.
« Muchas veces me han preguntado –dijo José Antonio en una oportunidad- cómo se debe cantar el filin. Yo digo que el filin, como en todo, se canta con honestidad sobre todo. Tiene que haber corazón e intelecto. Pero para que haya honestidad tiene que haber filin y viceversa (…) .Cuando yo digo mi canción “Novia mía”, no la digo pensando en la cosa comercial, sino simplemente en que la hice a mi novia».
Parecía estar predestinado para ser uno de los grandes de nuestra música. Nacido el 21 de junio de 1927, José Antonio Méndez conoció en su humilde casa de la barriada habanera de Los Pinos a Sindo Garay, a Manuel Corona y a Rosendo Ruiz Suárez.
Con sólo doce años se presentó y ganó -con aquella voz de “anticantante”, como era también la del Bola- el primer premio en La Corte Suprema del Arte.
Dicen que en aquel programa descubridor de talentos cantó el corrido “Cocula”, muy de moda entonces, pero ya en 1946, compuso “Por mi ceguedad”, “Soy tan feliz” y “Novia mía”, y en 1947 , “La gloria eres tú”, que popularizó Toña la Negra, y Pedro Infante la incluyó en la cinta mexicana “Dos tipos de cuidado”.
El camino ya estaba trillado…
Algún tiempo después el Ronco de Oro, como también le llamaron, reveló su “secreto” para escribir piezas tan hermosas que lo convertirían en un clásico dentro de la canción en lengua hispana:
« Yo no sé fabricar una canción; por eso no soy tan fecundo que digamos. (…) cuando trato de exteriorizar mis sentimientos ha existido una razón para hacerlo»”.
Como intérprete, – al decir del musicólogo Radamés Giro – José Antonio Méndez era de un timbre claro y sobre todo afinado aunque cuando hablara era ronca su voz, y su manera de cantar influyó en Pablo Milanés. Al ejecutar la guitarra, igual que Portillo de la Luz, la pulsaba con el dedo pulgar de la mano derecha, y poseía un rico y bello sonido, con un concepto orquestal en el acompañamiento.

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