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Jess Owens

9 de diciembre de 2020

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Muchos años han pasado ya del arribo a La Habana de un deportista excepcional que se encumbró en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936: el atleta norteamericano Jess Owens.

La historia comenzó en agosto de 1936, cuando el entonces canciller de la Alemania nazista Adolfo Hitler inauguró las Olimpíadas estivales en el estado germano. Los anfitriones prepararon todas las condiciones para arrasar en las competiciones, con lo cual pensaban apuntalar la supremacía aria sobre las demás naciones.

Es cierto que fue Alemania el país que más lauros conquistó, pero los apologistas del fascismo no quedaron conformes. Y no quedaron conformes porque un joven negro de 23 años nombrado Jess Owens se alzó con cuatro medallas de oro y devino héroe indiscutible de los Juegos. Owens ganó las finales de 100 y 200 metros planos, el salto largo e integró la cuarteta del relevo de 4 x 100 metros planos. Fue tal la actuación de Jess Owens que Hitler se revolvió en su palco especial, sin poder ocultar su mal humor y desagrado.

Fue este mismo atleta, Jess Owens, quien arribó a La Habana en la segunda quincena de 1936 para tomar parte en la llamada Semana Deportiva que tendría como sede el estadio La Tropical, hoy Pedro Marrero. El público cubano sabía que tendría la oportunidad de ver a un deportista excepcional y lo acogió con entusiasmo.

El 26 de diciembre, en la apertura de las competencias, Owens realizó una exhibición atlética que, aun en aquellos momentos, fue calificada por más de uno como de mal gusto y ofensiva para el género humano. Se le puso a correr contra un caballo de carreras. Así lo reflejaba la prensa:

“Jesse Owens, el fenómeno del mundo en carreras, hará sus demostraciones corriendo contra un caballo y es posible, tratando de romper el récord de Cuba en la distancia”.

El potro dio a Owens varios metros de ventaja en la arrancada, pero fue el campeón quien primero cruzó la raya de llegada.

La presencia de Owens se reflejó también en la mucha publicidad de que disfrutó, en los anuncios para los cuales posó y en el estímulo que verlo correr representó para muchos jóvenes y niños amantes del atletismo. Tuvo el gran mérito de romper la barrera racial y erigirse en héroe deportivo, con lo cual ayudó a los jóvenes negros norteamericanos a seguir sus pasos.

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