Jascha Heifetz

18 de noviembre de 2016

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Leonardo Depestre Catony

 

 

De origen lituano, el violinista Jascha Heifetz visitó Cuba en más de una oportunidad y sus presentaciones fueron siempre noticia en cualquier escenario del mundo.

Contaba poco más de 40 años cuando debutó en La Habana, en el teatro Auditórium, de la calle Calzada, el 20 de abril de 1942. Estuvo acompañado por la Orquesta Filarmónica de La Habana bajo la conducción del maestro italiano Máximo Freccia. Escogió para la ocasión una obra de Beethoven, el Concierto en re Op. 61 para violín y orquesta que, según la crítica, se escuchó como pocas veces, en lo que debía considerarse un apreciable elogio, dado que en el muy selectivo teatro Auditórium se presentaban muchas de las celebridades de la época.

Un lustro más tarde, el 1ro de diciembre de 1947, Jascha Heifetz hizo una segunda presentación en el mismo escenario de la calle Calzada, como parte de la temporada de conciertos de aquel año. Esta vez fue el maestro argentino Juan José Castro quien condujo a la Filarmónica de La Habana, en el Concierto Op. 77 del compositor de origen alemán Johannes Brahms.

Pero no sería aquella su última visita a Cuba: el 20 de noviembre de 1949, según la acuciosa memoria de la investigadora y violinista Maruja Sánchez, y bajo la dirección orquestal del maestro norteamericano Arthur Rodzinski tocó para los cubanos el Concierto en la menor para violín y orquesta de cuerdas del maestro alemán Juan Sebastián Bach, así como el Concierto Op. 64 del también alemán Félix Mendelssohn.

Verdadero privilegio fueron a no dudar las audiciones del violinista Jascha Heifetez, pero mayor privilegio estético lo constituyó para aquellos que disfrutaron en vivo de sus actuaciones, si bien no fuera en modo alguno masiva ni popular la concurrencia a sus conciertos.

Nació en 1901 en Vilnius, la capital de Lituania, donde inició los estudios musicales y con solo 7 años dio su primer concierto. Después prosiguió estudios en el conservatorio de San Petersburgo, Rusia, y en 1917 debutó en Estados Unidos, país cuya nacionalidad adoptó en 1925.

La crítica especializada dio su espaldarazo al joven concertista, cuya celebridad muy pronto se internacionalizó, dando comienzo a una carrera de giras artísticas por todo el mundo. Es considerado uno de los violinistas más universalmente conocidos del siglo XX, en particular por sus muchas grabaciones y giras internacionales, amén, por supuesto, de por su técnica y dedicación al mayor esplendor del instrumento.

Murió tras una larga vida, a los 86 años, en 1987.