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Jaime Valls: “Un animador de tipos afrocubanos” (II)

17 de enero de 2014

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Cuando Jaime  Valls comenzó a darle una nueva orientación a su oficio, su estudio se independiza finalmente y se transforma en un buró de propaganda.
De esta etapa se conserva un conjunto importante de originales para anuncios publicados casi todos en 1915 y reproducidos en folletos en los que la empresa, Propagandas Artísticas Valls, ofrece sus servicios.
Por cierto, en algunos se ven rezagos modernistas, pero en otros, aunque sigan siendo productos decorativos, se ha abandonado esta línea a favor de una tendencia más realista, derivada después en la larga serie de anuncios populares.
Llama la atención, sin embargo, que nacido catalán, y además de proseguir con sus anuncios, -“arte menor”, para algunos- Jaime Valls es estimado por contemporáneos suyos – “como un precursor al introducir el “afrocubanismo” en la pintura”.
Así, por ejemplo, en diciembre de 1927, recién llegado el pintor de París,  Roig de Leuchsenring publica en la revista Social  su trabajo “Un animador de tipos afrocubanos”, donde revela:
“(…) es Jaime Valls el primero de nuestros artistas que ha tomado la resolución, que algunos calificarán como heroica, de consagrarse por completo a hacer obra cubana, escogiendo como motivos y temas, tipos y costumbres afrocubanos”.
Y llegará más lejos el prestigioso intelectual cuando en el mencionado artículo se aventure a reproducir y comentar el dibujo Ritmo de baile afrocubano: “En esta negra desnuda bailando, los detalles de su cuerpo  importan poco. Sus caderas, sus pechos, como tales, no le interesan al artista; sólo tienen valor para él en cuanto cimbrean también como partes del cuerpo, agitado, todo convulso, lúbrico, por la música afrocubana”.
“Aquí el ritmo lo es todo. Y Valls lo ha sabido expresar y plasmar maravillosamente”.
Como se sabe, la  exposición personal de Jaime Valls “Dibujos y costumbres afro-cubanos”, abierta al público en marzo de 1930,  fue muy elogiada, pese a los prejuicios raciales de la época.
Inaugurada por Juan Marinello, esta muestra bien puede considerarse un hito a juzgar por los favorables comentarios que provocó.
Sin embargo, el final del artista se acercaba. Ya en fase de decadencia como publicista, hacia 1940 Jaime Valls,  aquejado del mal de Parkinson, se retira de la vida pública.
Fallece en La Habana el 31 de octubre de 1955. Ese mismo año, la Asociación de Anunciantes de Cuba creó un premio con su nombre, incluido en la convocatoria del Concurso Anual de Anuncios Cubanos.
Acreditado como propagandista gráfico, lamentablemente hoy su obra “de intencionalidad netamente artística”, que lo llevó a ser distinguido por sus contemporáneos como el precursor del afrocubanismo en la pintura, no es muy conocida.
Sin embargo, es muy grato comprobar cómo la figura de Valls ha comenzado a despertar interés en sus más diversas facetas, al punto de que en la actualidad –al decir de los especialistas- se han visto las señales de un redescubrimiento lleno de asombros.

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