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Jack Johnson

4 de marzo de 2021

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Recordaremos un hecho de carácter deportivo que tuvo enorme relevancia y en el que participaron figuras que fueron conocidas en el mundo todo, más allá del ámbito del músculo. Tuvo lugar en La Habana el 5 de abril de 1915, un día radiante en una ciudad, que vivía un hervidero de expectación porque se celebraría el combate de boxeo por el campeonato mundial profesional de los pesos completos.

Aquel combate tenía una significación especial. El campeón mundial que ponía en juego su título se llamaba Jack Johnson, era negro, pesaba 265 libras y sumaba 37 años. El retador, Jess Willard, era denominado por la prensa racista como “la esperanza blanca”, pesaba 260 libras y tenía 34 años.

Johnson eran un boxeador con todas las de la ley, Willard era un vaquero sacado de su rancho con el único fin de reconquistar para los blancos de Norteamérica el cetro de los pesos completos.

San Cristóbal de La Habana había sido seleccionada por una razón: el campeón Johnson no podía pelear en su país porque sobre él pesaba una acusación por supuesto delito de “trata de blancas”, y es que el púgil negro tenía por esposa una mujer blanca y con ella se había paseado por todas partes, lo cual constituía un reto para la sociedad norteamericana de entonces, circunstancia que la prensa aprovechó para desatar una campaña sensacionalista de matices racistas y políticos.

Johnson llevaba vida de fugitivo de la justicia, por lo cual tuvo que viajar, celebrando sus combates en el extranjero. El campeonato lo ostentaba desde diciembre de 1908 y en verdad no tenía rivales capaces de destronarlo sobre el cuadrilátero.

Tentado por la promesa de que una pelea arreglada en que perdiera le permitiría regresar a Estados Unidos en un plazo breve, Johnson dio luz verde a los preparativos de lo que sería un gran show en La Habana.

 

En 1915, Jack Johnson perdió su corona frente a Jess Williard en La Habana al ser noqueado en el 26º asalto.

En 1915, Jack Johnson perdió su corona frente a Jess Williard en La Habana al ser noqueado en el 26º asalto.

 

De tal modo se vieron frente a frente aquella tarde cálida de abril, el campeón Johnson y el retador Willard.  La farsa se prolongó hasta el asalto 26, momento en que Johnson  se dejó caer sobre la lona después de recibir un golpe, allí le contaron los 10 segundos que decretaron el knock-out definitivo.

Así terminó la farsa. Por La Habana que tantos sinsabores le dejó en el espíritu regresó Johnson en 1923 y celebró otras dos peleas con victorias intrascendentes que le dejaron algo de dinero. Ya la historia no se podía cambiar, como tampoco borrarse aquella derrota arreglada en La Habana.

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