Isolina Carrillo
3 de octubre de 2017
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“Dos gardenias para ti,
Con ellas quiero decir
Te quiero, te adoro,
Mi vida…
Ponles toda tu atención
Que serán tu corazón
Y el mío”.
Con Isolina Carrillo, ilustre compositora, cantante, ejecutante de diversos instrumentos, tuve el privilegio de conversar en los estudios de la radio.
De tez morena, edad avanzada, semblante revelador de un carácter tierno y enérgico a la vez, locuaz en la conversación, Isolina accedió a charlar sobre momentos esenciales de su vida artística y acerca de una canción suya devenida antológica dentro del acontecer musical cubano de todos los tiempos: “Dos Gardenias”.
Esta creación, para mí, es lo más grande que he podido concebir. Nunca pensé que llegaría a tener tanta fama, tanto éxito. La hice sencillamente pensando en una canción más y, sin embargo, me sorprendió extraordinariamente la acogida que tuvo en toda Hispanoamérica. Ha sido espectacular lo que ha ocurrido con ella.
“Dos gardenias para ti,
Que tendrán todo el calor de un beso;
De esos besos que te dí
Y que jamás encontrarás
En el calor de otro querer”.
—¿Cuántas versiones existen de “Dos Gardenias”?
—Imposible decirlo, porque son tantas… Pienso que más de 200, interpretadas por cantantes y agrupaciones de todo el mundo. A Cuba llegan familias de Europa, América y otros continentes, y todos me piden esta canción. En España, por ejemplo, es casi un himno nacional entre los amantes de la música romántica.
—¿Y a qué factores atribuye usted al ángel que acompaña a “Dos Gardenias” en escenarios tan diversos?
—Es algo que llegó para quedarse por su sencillez y la universalidad de los sentimientos que expresa. Es un texto que expresa los sentimientos de todos los enamorados, en cualquier lugar del planeta en que se encuentren. Hay canciones que hablan de desamores, de angustias, celos y pasiones frustradas, y esta transmite todo lo contrario. “Dos Gardenias” es un canto a la ternura y la esperanza.
“A tu lado vivirán, y te hablarán
Como cuando estás conmigo.
Y hasta creerás que te dirán
Te quiero”.
Aunque es esta su creación más conocida, Isolina Carrillo incursionó en una extensa variedad de géneros de la música cubana y universal. En el pentagrama musical de la Isla figuran sones, guarachas, canciones líricas, afrocubanas, ritmos brasileros y de otras naciones, surgidos de la fecunda inspiración de esta mujer cubana ciento por ciento. En nuestra charla en los estudios de la radio, Isolina me aseguró que no tenía preferencia por género alguno, los asumía todos y…
“He salido bien en esta empresa. Compongo cuando quiero; digo que voy a hacer una canción, me siento al piano y las musas se encargan de lo demás. Quizás algunos piensen que oigo a un pajarito que me canta al oído, pero no es así. Letra y música fluyen cuando estoy frente al piano”.
Finalmente, le pedí a Doña Isolina Carrillo que, en apretada síntesis, compartiera con nosotros algunos momentos relevantes de una vida extensa y fructífera.
“Estudié canto y piano en la actual Escuela de Música Amadeo Roldan, entonces Academia Municipal de La Habana. Después formé un septeto femenino llamado Las Trovadoras del Cayo, donde aprendí a tocar el tres, la guitarra, trompeta, bajo y batería. Yo integro una familia de músicos. Mi papá formó parte de una orquesta charanga, que fue donde toqué por primera vez, a los 10 años de edad. Fue algo casual; un pianista contratado para amenizar una función de cine silente se había enfermado y mi papá me fue a buscar a la casa para que lo sustituyera. Desde entonces no paré nunca más de sentarme ante el piano, mi verdadera pasión. Posteriormente fundé una orquesta y un conjunto vocal nombrado Siboney. Más tarde marché a México con una agrupación creada por mí, Isolina Carrillo y su Conjunto… He formado tríos, cuartetos, y dirigido coros importantes, como el de la CMQ y el de la Central de Trabajadores de Cuba…”
Así es, en presente, esta mujer excepcional que legó legendarias creaciones a la historia de la música cubana. En cada una de ellas vive, canta y sonríe, eternamente, nuestra Isolina Carrillo.
“A tu lado vivirán, y te hablarán
Como cuando estás conmigo.
Y hasta creerás que te dirán
Te quiero.
Pero si un atardecer
las gardenias de mi amor se mueren,
es porque han adivinado
que tu amor me ha traicionado
porque existe otro querer”.
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