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Isabel de Bobadilla

2 de octubre de 2023

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Como la primera mujer célebre —por el cargo que llegó a ocupar— que visitó la Isla de Cuba puede considerarse a doña Isabel de Bobadilla, quien arribó en su condición de esposa de Hernando de Soto, nombrado por España gobernador de Cuba en 1538.

Pero, ¿era Isabel una mujer realmente famosa en la España de entonces? Pues…sí. Se trataba nada menos que de la hija de Pedro Arias Dávila, conocido por Pedrarias, cruel y codicioso conquistador, fundador de la ciudad de Panamá y gobernador de Nicaragua, donde murió; y de Beatriz de Bobadilla, hija a su vez del alcalde de la ciudad de Toledo. De manera que linaje no le faltaba a quien habría de casar en 1536 con Hernando de Soto, devenido una celebridad como conquistador de La Florida para la corona española.

Cuando Hernando zarpó de La Habana con una flotilla para su aventura en tierras de Norteamérica, dejó en el cargo suyo, oficialmente, a la esposa Isabel, convertida en la primera y única mujer que ostentó la máxima autoridad de la Isla a lo largo del período colonial de cuatro siglos.

De Hernando de Soto se ha escrito abundantemente. Adelantado de La Florida, descubrió el río Misisipí, en cuyas aguas fue sepultado dentro del tronco hueco de un árbol.

Isabel quedó sola y sin noticias por meses y años. Fue entonces cuando se empezó a tejer en torno a ella la leyenda de que desde lo alto de la antigua Fortaleza (destruida por el corsario francés Jacques de Sores durante su ataque y toma de La Habana en 1555), oteaba el horizonte en búsqueda de alguna huella del esposo ausente.

Cuanto pueda haber de cierto o de falso en la bella leyenda no podemos asegurarlo, pero sí que en 1543 arribó a la ciudad un navío con la noticia de la muerte de Hernando de Soto, la cual sembró el luto no solo en la viuda sino en la villa completa.

Isabel regresó posteriormente a España, junto a su familia y bienes, acrecentados por los de Hernando. Aunque la leyenda asocia a la doliente esposa con la figura de la Giraldilla que adorna lo alto de la torre de la Fortaleza de La Fuerza, esta se erigió solo después de destruida la antigua Fortaleza que habitó doña Isabel, por lo que nunca puso asomarse a ella.

La Giraldilla, en verdad, no pasó de ser una veleta para indicar la dirección del viento a los navegantes. Fue esculpida por el orfebre habanero Gerónimo Martín(ez) Pinzón en la década del 30 del siglo XVII. La que hoy vemos expuesta a los vientos es una réplica; el original se encuentra a la entrada del Palacio de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad), donde puede ser vista pero además se la preserva de la continua erosión.

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