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Isaac Albéniz

10 de junio de 2016

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Isaac-Albeniz

 

La vida del pianista y compositor Isaac Albéniz ha sido tema para abundantes biografías. Su condición de niño prodigio, su imaginación fecundísima, su intensa actividad desde temprano en el escenario pianístico y hasta algunos elementos de su físico –a saber, los enormes mostachos retorcidos y el sempiterno habano– también han contribuido a la configuración de una leyenda en la cual no todos los elementos son veraces. Por ello, se ha repetido hasta el cansancio que Isaac Albéniz viajó a América como polizón en un barco, sin el consentimiento de sus padres, que anduvo de bohemio por buena parte de Europa y tuvo un encuentro, o fue alumno de Franz Liszt (a quien nunca conoció) en 1880, datos todos que no han resistido al estudio riguroso de los pormenores de su vida.
No obstante, es cierto que Isaac Albéniz estuvo en Cuba cuando menos en dos ocasiones. Y a ellas nos referiremos brevemente. En 1875 su padre, Ángel Albéniz, fue nombrado Interventor General de Correos en Puerto Rico y en Cuba, ocasión que permitió a Isaac presentarse como pianista en diversas ciudades, como San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, Cienfuegos y La Habana. Tenía solo 15 años y era grande la expectación por escucharlo, aunque las funciones, en opinión de algún que otro crítico del patio, no le valieran méritos superlativos, lo cual en modo alguno cuestiona la celebridad justa que con los años alcanzaría. Se conoce que regresó en 1881 –tenía 21 años– y también ofreció funciones reveladoras de su virtuosismo pianístico.
Sin embargo, algo más lo relaciona con la isla mayor del Caribe: su Suite española Op. 47, compuesta por obras escritas entre 1886 y 1887, en honor de la Reina de España. La integran ocho títulos, según las regiones que representan: Granada, Cataluña, Sevilla, Cádiz, Asturias, Aragón, Castilla y Cuba.

 


En lo que respecta a Cuba, el manuscrito está fechado el 25 de mayo de 1886. La obra recoge vivencias de las dos estancias cubanas del compositor, durante su juventud. Estiman los críticos que es una pieza rica, de ritmos contrastados y atmósfera sensual, en estilo de habanera.
Nacido en Camprodón, Gerona, en 1860, a los cuatro años ya daba conciertos públicos de piano. Becado por el rey Alfonso XII, hizo estudios en el conservatorio de Bruselas, donde se graduó con un primer premio concedido unánimemente. Entonces regresó a España, al tiempo que su fama se acrecentó y extendió por Europa y América.
En síntesis, Isaac Albéniz fue uno de esos niños prodigio cuyo desarrollo ulterior confirmó las expectativas.

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