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Inseguridad e inseguridades en la relación de parejas

21 de febrero de 2014

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No es menos cierto que la inseguridad es uno de los males mayores que en el orden espiritual y psicológico puede afectar a una persona, y que como comentamos la semana anterior puede ser uno de los mayores generadores del celo en la pareja, incluso, de ese celo que en ocasiones puede llegar a ser enfermizo. Una de las causas del celo e la pareja, lo es sin lugar a dudas la inseguridad.
Esta inseguridad, puede responder realmente a que no se ha logrado por una de las partes una atracción y una entrega total y absoluta, y sus propias reacciones y relaciones con la pareja, delatan ese amor incompleto que existe en realidad. Ante esta situación, la otra parte, casi siempre asume como defensa el celo, lo cual lejos de acercar a su pareja insegura, solo consigue agobiarlo y que se convenza de forma mucho más rápida, que ese no es su lugar. Si intentáramos un acercamiento, una posible ayuda para que logre su esclarecimiento total, con serenidad, comprensión, y sobre todo, dejándolo todo al tiempo, pero que ese tiempo transcurra con armonía, pueden pasar entonces dos cosas, que a nuestro juicio, ambas son favorables. La primera es que le plantee a su pareja no continuar, porque a pesar de su paciencia, se ha convencido de que no tienen nada que ver. Puede venir entonces una separación inteligente y sobre todo civilizada. Si por el contrario, se ha convencido de que es lo que quiere, esa pareja se fortalece, pues le ha demostrado a la parte insegura, que con amor, paciencia y dedicación, se puede acabar de fabricar el amor, porque el amor se fabrica, se acomoda, se hace, tema del que le propongo hablar en otro momento.
No es menos cierto que también existen los celos infundados, e incluso la persona que la práctica, sabe que su pareja la ama y la respeta, pero sin embargo se proyecta con grandes crisis de celos. En estos casos, es cuando las crisis son mayores. Por lo general, y casi siempre, estas personas tienen una carencia muy grande de afectividad, están siempre en la búsqueda de un reconocimiento, no solo por parte de su pareja, sino por parte de todo el mundo. Estas son las personas que celan no solo a su pareja, sino también a los hermanos, a los amigos, a los padres, y hasta al perrito de la casa, si ve que es más cariñoso u obedece más a otra persona.
Hay muchos que insisten que si una escenita de celos, de vez en cuando y de cuando en vez, es simpático, es agradable, nos alimenta nuestro ego, en el buen decir de Freud. Solo les puedo recordar a los que piensan y actúan así,  que hay muchas formas hermosas, tiernas, y cargadas de mucha pasión para demostrar amor en la pareja. Esto, siempre constituye un riesgo, porque llega el momento que se hace habitual, que se van aumentando las escenas en contenidos, y de pronto, sin percatarnos, el fantasma crece, y de pronto, se produce la gran explosión que nos puede llevar a la destrucción de la pareja.
El celo es un generador de violencia, de agresiones, además de facilitar las faltas de respetos en la pareja. No creo, sin querer imponer mi criterio, que el celo, en ninguna de las formas y medidas, pueda contribuir a enriquecer el amor, ni que mucho menos sea una forma de demostrar que amamos a otra persona.
Hemos estado conversando acerca del celo en la pareja, pero este flagelo aparece donde quiera que puedan existir relaciones entre dos personas o más. Así encontramos, además de los celos de pareja, los celos artísticos, los celos profesionales, los celos entre amigos, entre hermanos, y como les decía hace un momento, hasta entre los animales, pero cuidado, que en ocasiones se puede confundir la envidia con celos, o lo que es peor, encubrir ese vicio emocional negativo de la envidia con la palabra celos, pero esto puede ser tema de conversación en otro momento, aunque no quedan dudas de que el  celo casi siempre termina vinculándose con vicios emocionales tan negativos como la frustración, la envidia, la traición, el chisme, y la calumnia entre muchos otros, así como también a reacciones tan adversas, como puede ser el desamor, el desprecio, la intolerancia, el desapego, y hasta algo de odio.
Entonces, lo único que le puedo recomendar es que elimine el celo de su vida, yo se que no me hará mucho caso, y quizás, pueda expresar en este momento esa frase tan en boga de que: “Un poquito de celos de vez en cuando, no es malo”. Entonces amigo y amiga lector, continúe haciéndolo de vez en cuando, y de cuando en vez, pero cuidado, vacíe cada vez que pueda ese globo del amor,  donde con su propio aire, deposita esos poquitos de celos, no vaya a ser que un buen día, sin que usted se haya percatado, el globo se les explote y tenga que sufrir las consecuencias de quedarse sin globo, sin amor y sin  nadie a quien celar.

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