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Incidencia de la conga como corriente estética en la música norteamericana (I)

20 de junio de 2019

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La primera orquesta latina en grabar discos en New York de la cual se tienen noticias, fue la del cubano Vicente Sigler Lalondrí (ca.1900-¿?) aproximadamente en el año 1927.

La orquesta de Sigler era una especie de jazzband que, según el musicólogo Leonardo Acosta: “(…) se da a conocer por la grabación del tema “Conga de medianoche, de la autoría de Ernesto Lecuona] grabado por el sello Victor en 1927 [etiquetado en el catálogo RCA Victor como pieza “afrocubana.

¿Se puede pensar de dónde el maestro Lecuona imaginó esta conga? Podemos argumentar que donde mismo se inspiró para la creación de su célebre danza “La Comparsa”, o de la conga “Para Vigo me voy”, entre muchas otras de sus composiciones de este corte; o sea, de la vivencia diaria en su natal Guanabacoa.

 Como se podrá apreciar, quizás ya estaba en el ambiente un antecedente de la forma musical, después conocida como “conga de salón”, gracias a la exitosa impronta de los ritmos cubanos (rumba, conga, guaracha, son) en las discográficas estadounidenses, sin duda, músicas luego influyentes en la corriente del llamado “jazz afrocubano”.

La rareza y destino de la aludida grabación de Conga de medianoche, mueve a algunas interrogantes: ¿en realidad este es un antecedente de la llamada “conga de salón” en Estados Unidos? ¿Considera la nomenclatura musical profesional popular cubana una definida explicación de “conga de salón”? ¿Qué se han  hecho de las matrices originales grabadas a Sigler de Conga de medianoche? ¿Existirán? ¿Qué papel desempeñó Ernesto Lecuona en el imaginario de la música “afrocubana”? ¿Quedará como perla escondida algún disco con este registro en alguna colección privada?

Años después, (ca. 1935) provenientes de una significativa estancia en París, se conocería de la presencia en New York de los hermanos Eliseo y Ernesto Grenet, con “una definitiva manera” rítmico-cubana, conocida como “conga de salón”, si bien, acompañada de una singular coreografía, ya enunciada en 1927 por la orquesta de Vicente Sigler con la “Conga de medianoche”, pero sin ninguna manera de uso bailable.

Claro está, ésta “conga de salón” de Grenet, define un estilo creacional danzarlo enfilado al espacio del salón, muy alejado del estilo del  danzar rítmico-coreográfico de la conga, como expresión popular-callejero-folklórica, o en su rica variante como conga teatral.

En Paris, Eliseo Grenet experimentaría con una modalidad danzaria basada en la conga cubana, que, desde Cuba, venía dándole vueltas en la cabeza.

Eliseo en verdad, con la “conga de salón” no crea un nuevo género musical en la música popular-bailable cubana, pues la conga como expresión y patrones ritmicos de carácter folklóricos ya existía. Lo que hace, es una estilización de esta al concebir una coreografía correspondiente, para darla a conocer al público parisino: es una “conga de salón” que, por otra parte, desde mucho antes ya se concebía en los cabaret llamados de “mala muerte” que proliferaban en La Habana entre los años 20 y 30 del siglo XX.

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