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Hugo del Carril

12 de octubre de 2022

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El artista argentino Hugo del Carril se incluye entre los grandes cantantes de tangos de todos los tiempos. Llegó a La Habana el 16 de julio de 1941, procedente de Nueva York. Bien parecido, alto y muy popular a través de sus películas, tan pronto Hugo asomó a la escalerilla del avión fue testigo de las numerosas pruebas de afecto que le tributaron los cubanos.

A un periodista dijo:

– Yo tenía noticia de la cordialidad de este público, pero créame que al bajar del avión me sentí gratamente emocionado. El espectáculo de tanta mujer bonita no es para menos.

Muy elegante, de traje, el saco de solapa ancha, al igual que la corbata, Hugo del Carril era uno de los galanes indiscutidos de la pantalla en América Latina.

Se le hospedó en el Hotel Nacional. Voz, presencia y simpatía se combinaban en él para convertirlo en un galán muy popular. Por entonces Hugo del Carril contaba unos 30 años, desbordaba alegría y era frecuente escucharle decir que todo en Cuba estaba macanudo, con esa entonación que solo los argentinos saben darle a la palabra.

El actor y cantante llegó invitado por el Circuito Radial CMQ, para presentarse en el programa La Corte Suprema del Arte, uno de los de mayor radioaudiencia. Campechano y gentil, Hugo poseía una voz capaz de electrizar a los amantes del tango y llegó a ser el mejor cotizado de los actores de su país a inicios de la década del 40 del pasado siglo XX.

En Cuba, su estampa rioplatense fue muy bien recibida. Abundaron las fotografías suyas en la prensa y hasta publicidad hizo para alguna que otra sastrería de trajes anatómicos.

Sus presentaciones devinieron éxitos. Ya se conocían muchos de los tangos que cantaría y varias de sus películas se habían visto. Pero no eran sus facultades como actor las que le dieron popularidad, sino las cualidades de sus cuerdas vocales y el hecho de ser considerado por algunos críticos como la voz más importante del tango desde la muerte entonces todavía reciente de Carlos Gardel.

Hugo del Carril regresó por La Habana en junio de 1957 y actuó con éxito para la televisión, pues conservaba intacta su popularidad. En su caso, segundas partes fueron buenas, muy buenas, y así lo demostró la gran acogida que le dieron prensa y público.

Su verdadero nombre fue Pietro Fontana y tuvo de coestrellas en sus filmes a las más famosas actrices del cine en Hispanoamérica. Murió a los 77 años, el 13 de agosto de 1989.

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