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Henry Ford

15 de mayo de 2015

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henry-fordEs bastante probable que ningún otro modelo de automóvil causara en la Cuba de las primeras décadas del siglo XX tanto revuelo como el Ford modelo T. Cuando en Cuba se hablaba de un fotingo, se aludía al Ford, y cuando se hablaba de un tres patadas, igualmente se aludía al modelo Ford. Ambas expresiones quedaron incorporadas al vocabulario popular.
Se afirmaba que el Ford era el automóvil más fácil de conducir, el más popular… y en consecuencia el más accesible a los bolsillos, a saber, el más barato. Aquellos fotingos tenían una palanca en su sección delantera, y se arrancaban cual si fueran un juguete de cuerda, es decir, primero había que darle vueltas a la palanca, o darle cranque, otro término que arraigó en el habla popular.
Con tales atributos, el Ford entró en la historia de la incipiente industria automovilística norteamericana y en la historia de la transportación automotriz en Cuba. El creador de aquel vehículo se llamó Henry Ford y de su genio y talento se ha escrito mucho, pues revolucionó el transporte. Fundó la Ford Motor Company y se le considera el padre de las cadenas de producción en masa, por ser tal el procedimiento empleado en su industria para la fabricación de los automóviles. Llegó a ser uno de los hombres más conocidos y ricos del mundo.
Hizo de la compañía un monopolio que siempre se mantuviera controlado por la familia, ya fuera a través de su hijo Edsel, fallecido prematuramente, o de sus nietos Henry II y Henry III.
Mucha curiosidad acompañó a la estancia en La Habana, por unos pocos días, de Henry Ford.  La revista Social, en su edición del mes de abril de 1926, reproduce su fotografía, con traje blanco y sombrero de pajilla. Lo califica de “popularísimo millonario” y “padre de nuestros no menos famosos fotingos”. El ilustre empresario norteamericano tenía entonces 62 años y seguramente gran satisfacción le ocasionaría ver circulando por las calles habaneras tantos automóviles salidos de sus fábricas y con su apellido.
Henry Ford llegó para asistir al Congreso Automovilístico que tuvo por sede La Habana entre los días 11 y 12 de marzo de aquel año, convocado por la Cámara de Comercio de Automóviles y que contó con la presencia de una delegación norteamericana.
El viejo Ford, fundador de un emporio automovilístico mundial, murió a los 83 años, el 7 de abril de 1947.

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