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Gustavo Pittaluga

11 de agosto de 2021

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El doctor Gustavo Pittaluga llegó a Cuba hacia 1938-1939. Había nacido en Florencia, en 1878 y se graduó de médico en la Universidad de Roma, aunque se estableció en España desde comienzos del siglo XX.  Pronto ganó prestigio profesional  en el panorama científico, lo cual corroboran las responsabilidades que ocupó. Fue profesor de la Universidad Central de Madrid, director del Instituto Nacional de Higiene de España, presidió la Sociedad Española de Historia Natural y la Sociedad Española de Biología. Además, fue miembro de las Academias de Medicina de Madrid, Roma, Bolonia, Bucarest, Buenos Aires y México.

Y, como era ideológicamente republicano, fue diputado a las Cortes Constituyentes de la República Española, lo cual pesaba peligrosamente en su expediente al asumir el poder las instituciones franquistas. De ahí que decidiera emigrar y viniera a establecerse en nuestra ciudad.

El arribo del doctor Pittaluga constituyó una excelente noticia para los círculos intelectuales y científicos cubanos, que le abrieron sus puertas. En la Institución Hispanocubana de Cultura, presidida por Fernando Ortiz, ofreció un ciclo de conferencias, pero también colaboró en diversas publicaciones, como Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana, Bohemia  y algunas más. Por su personal gestión se organizó en 1943 la Primera Reunión de Profesores Universitarios Emigrados, en la Universidad de La Habana.

En la propia universidad capitalina dio clases; también ingresó en la Academia Nacional de Artes y Letras, y en la Academia de la Historia, de manera que su vida cultural resultó sumamente activa entre nosotros.

Ya como escritor, dejó huellas a través de su obra Diálogos sobre el destino, que en 1950 la Cámara Cubana del Libro le premió.

Dentro del campo de la Medicina, se especializó en la hematología, es decir, el estudio histológico, funcional y patológico de la sangre, aunque ello no fue obstáculo para que su espíritu humanista hiciera de él un hombre con marcada vocación literaria.

Sugerimos pues, verlo como un científico y como un escritor que se preocupó por indagar en los factores componentes de la nacionalidad cubana. Su obra antes citada, Diálogos con el destino, se editó nuevamente y representa un acercamiento interesante s los factores que integran nuestra nacionalidad.

Aplatanado entre nosotros, Gustavo Pittaluga murió a los 78 años, en 1956. Una tarja en el frente de la casa donde residió en la calle Línea del Vedado, recuerda al paseante que allí vivió este gran ciudadano de Cuba y de España.

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