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Guaguancó Matancero/Muñequitos de Matanzas (I)

13 de mayo de 2016

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Guaguancó Matancero

 

A mediados de la década de los años 50, queda rota la línea discriminatoria de los ritmos negros en la radio cubana, al hacer impronta el guaguancó en este importante medio de difusión, como expresión musical del negro en Cuba.
Para entonces, en los barrios de la ciudad de Matanzas (La marina, Simpson, Matanzas, Pueblo Nuevo y Bachiche) muy en especial en los poblacionales, se dejaban escuchar dianas rumberas, en especial por un pequeño grupo de jóvenes alegres que, al compás del sonido de botellas chocadas por cucharas, movían a la curiosidad de cuanto transeúnte pasaba por esos lugares. Esto motiva a que el 9 de octubre de 1952 se fundara en Matanzas la agrupación folklórica Guaguancó Matancero.
Sin sospecharlo siquiera, estos improvisados músicos estaban originando una de las principales e históricas agrupaciones rumberas de todos los tiempos: Guaguancó Matancero, luego devenido por disposición del pueblo en “Muñequitos de Matanzas”.
Trabajadores del puerto, plomeros y carpinteros, gente de pueblo, siempre fue el estamento que ha caracterizado la composición de la agrupación, y es lo que ha mantenido y mantiene la identidad del grupo que, hasta entonces, se hacia llamar Guaguancó Matancero.
La primera versión de esta agrupación estaba conformada por Florencio Calle (director y catá), en dúo inolvidable de voces: Esteban Lantrí “Saldiguera” y Hortensio Alfonso “Virulilla”; y en la percusión Esteban Vega “Chachá”, Ángel Pellado, Ernesto Torriente, Juan Meza y Gregorio Díaz “Goyito”, plasmando su huella en cada rumba entonada; y por suerte por un largo espacio de años y hasta la actualidad, en un rico testimonio discográfico.

 

Vocalistas del Guaguancó Matancero

Vocalistas del “Guaguancó Matancero”: Esteban Lantri “Saldiguera,” Hortensio Alfonso “Virulilla,” Juan Mesa “Juan Bosco”

 
Se dice que la fama de esta agrupación trascendió vertiginosamente las márgenes del matancero río San Juan, alcanzando una fama inimaginada, entonces practicada en los más importantes barrios matanceros.
Cuentan que un día llegó al barrio de La Marina alguien buscando al Guaguancó Matancero para llevarlos a La Habana contratados por la Sociedad Unión de Matanzas para participar en las famosas fiestas que se daban en La Habana, entre otras “Matanzas en La Habana” que se daban en los salones bailables de la Tropical y La Polar.
Es entonces que, estos muchachos, llaman la atención de los gerentes del sello Puchito para grabar un sencillo en 78 rpm que contenía por cada cara los temas “Los muñequitos”, de Esteban Lantrí, y “Los beodos”, de Lorenzo Martínez, amparados por el número de catálogo 298. Este soporte de inmediato fue incluido en los despachos destinados a las victrolas localizadas en bares, bodegas y cantinas.
Fue tal la aceptación por parte del pueblo de estos temas, en especial “Los muñequitos” –texto donde se hablaba de los personajes aparecidos en los comics de los periódicos habaneros–. El éxito de esta grabación movió a la gerencia del discográfico a llamar nuevamente al Guaguancó Matancero a otros programas de grabaciones. Esto motivó a que el pueblo trocara el nombre de Guaguancó Matancero por el de “Muñequitos de Matanzas” convirtiéndose el tema de la noche a la mañana en un clásico de la música popular cubana. La difusión de estas primeras grabaciones realizadas al Guaguancó Matancero cambia el curso en la vida de estos jóvenes rumberos –entonces instalados en la capital cubana– al solicitar la disquera Puchito el registro de ocho grabaciones más entre 1956 y 1957.

 

Munequitos2

Los Muñequitos de Matanza

 

Con los discos realizados, entonces, al Guaguancó Matancero, ocurría un hecho artístico fuera de los común, pues desde la primera audición estos convencieron por el encanto de una magia transmitida por sus virtuosa voces, mórbidas y homogéneas, sabiamente empleadas con un acento rítmico sin igual, aportando a la discografía cubana, un concepto de buen cantar y habilidades expresivas apoyadas por una percusión tratada con amplio rigor artístico.
A partir de aquí los muchachos del Guaguancó Matancero, ahora identificados como “Los Muñequitos de Matanzas” se les veía haciendo presentaciones en las radioemisoras Radio Mambí, Radio Progreso, y Radio salas. Milagrosamente y dada su especial calidad encontraron contratos para tocar en diferentes ocasiones en el lujoso cabaret Tropicana, en la Sociedad de La campana, Marianao Social, En la Sociedad Puente de Arroyo Arenas, alternando con importantes agrupaciones musicales del momento como, Arcaño y sus Maravillas, Chapotin y sus Estrellas, América del 55 con Ninón Mondejar, Fajardo y sus Estrellas, Sonora Matancera, Orquesta Riverside, Sublime, Barbarito Diez, Orquesta Sensación, Aragón, todo esto en la década del 50.

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