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Gloria Swanson en La Habana (I)

15 de agosto de 2014

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Gloria_Swanson_intro¿Sabía usted que cuando en noviembre de 1940 llegó a La Habana la actriz norteamericana Gloria Swanson, nuestro Alejo Carpentier le dedicó una crónica a este acontecimiento, que según confesó el propio novelista, estaba íntimamente vinculado a los sueños de su adolescencia?

Ya para entonces la Swanson era una señora apacible que en nada llamaría la atención a quien la viera cruzar por una calle de nuestra capital.

Los hombres que comenzaron a saber de cine por el año 1930, la ignoraban.

Así lo reconocía en dicha crónica, por cierto, muy poco conocida, el autor del Los pasos perdidos quien, preso de la nostalgia, confesaba :

“Pero aquellos que , hallaron ingenuos ideales de femineidad vertiginosa en las reinas de la pantalla muda, recuerdan con agradecimiento a esta actriz que, con Liliam Gish, Mae Murray y unas cuantas más, animaron las primeras creaciones realmente artísticas de un arte en ciernes“.

Fue el 19 de noviembre de 1940 cuando apareció publicada en el periódico Tiempo una crónica titulada “Gloria Swanson en La Habana”.

Su autor era el ya reconocido intelectual cubano Alejo Carpentier, quien a través de los recuerdos que le trae el paso de la Swanson por La Habana, nos muestra su pasión por el cine como arte de su época.

En la etapa de la gran producción inicial del cine norteamericano, comentaba Carpentier, en este texto , algunas mujeres tuvieron el privilegio de vivir en la oscuridad de los cinemas con increíble relieve poético.

“Las actrices Theda Bara, Mae Murray, Mary Pickford, y Lilian Gish, eran algunas de ellas, sin embargo, según confesó el autor de El reino de este mundo, en medio de esta constelación de mujeres que llenaban su adolescencia de ambiciones locas, se destacaba Gloria Swanson, con características más modernas“.

Y lo explicaba así : “Aficionada a los tacones deportivos, a los trajes sastres, a colores claros de campos de golf, Gloria era, por la virtud de sus ojos claros y su dentadura resplandeciente, la hermosa americana de los anuncios iluminados, de jabones o refrescos, el ideal étnico ilustrado por más de una portada del Saturday Evening Post.

“La moda no perfectamente ortodoxa de la Quinta Avenida, demasiadas pieles, demasiadas perlas, demasiadas plumas, hallaban en ella un maniquí complaciente que no retrocedía ante los escotes más atrevidos…”

Aquellos eran los recuerdos que le provocaban a Alejo Carpentier la presencia de la legendaria actriz norteamericana Gloria Swanson, en La Habana de 1940, cuando ya para entonces , lo reconocía él, ella era una señora apacible que en nada llamaría la atención a quien la viera cruzar por una calle de nuestra capital.

Sin embargo no siempre ocurrió así. En febrero de 1924 la Swanson, con apenas 25 años, y en el esplendor de su belleza y fama, estuvo también de paso por la capital cubana.

Sobre esta visita contaremos próximamente.

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