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Francisco de Calona: Maestro Mayor de las obras de la Habana (I)

25 de agosto de 2025

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Plano del puerto de La Habana (1567). Original perteneciente al Archivo General de Indias.

 

El 27 de abril de 1577, ante una discreta congregación de notables ciudadanos, militares y autoridades eclesiásticas de la villa de San Cristóbal de La Habana, un escribano llamado Gaspar Pérez de Borroto leía ante notario del acta que daba por terminado, oficialmente, El Castillo de La Real Fuerza.

Entre los firmantes del documento estaba don Francisco de Calona, maestro mayor de las obras de la ciudad, quien había tenido a su cargo la responsabilidad de la construcción de la mayor parte de dicha fortaleza.

Sin embargo, se cuenta que poco después el rey Felipe II enviaba un emisario secreto para conocer en verdad el estado de terminación de La Fuerza, tal vez por la suspicacia provocada ante la cantidad de cartas recibidas con quejas de irregularidades en su construcción.

«…un patio demasiado pequeño, de solo veinte pies en cuadrado… su muralla demasiado cerca del mar… y una colina del lado opuesto del canal, desde la cual el enemigo puede cañonear con éxito», decía entre otras cosas un informe recibido por el monarca español.

Y es que, en realidad, la edificación del Castillo de la Real Fuerza, y sobre todo sus constructores, sufrieron tal cantidad de contratiempos que pudieron haber dado al traste su terminación.

Según se dice, después de siete meses de viaje, el 11 de junio del año 1562, llegaba a La Habana Francisco de Calona, nacido en Alcalá de Guadaira, Sevilla, con la encomienda de terminar una fortaleza iniciada cuatro años antes —el 1 de diciembre de 1558—, por el ingeniero Bartolomé Sánchez.

Sucedió que Sánchez, después de un montón de dimes y diretes, fue destituido por una orden del rey Felipe II y cumplida con diligencia por el gobernador de entonces, Diego de Mazariegos.

Al llegar Calona a La Habana, efectivamente, las obras andaban aún en las primeras piedras, y es que parecía que un dudoso destino le estaba deparado a la fortificación, porque el elegido para hacerla había sido un afamado ingeniero militar llamado Jerónimo Bustamante de Herrera, quien a última hora no pudo venir. A su sucesor, el aludido Sánchez, elegido por la princesa doña Juana de Austria, se le acusó de ser un individuo de trato difícil y obrar dudoso y las quejas al rey fueron tales que éste optó por buscar otro menos conflictivo.

Fue así que, recomendado por Fernán Ruiz El Mozo, Maestro Mayor de la Catedral de Sevilla, era enviado a la Habana Francisco de Calona para terminar la construcción del Castillo de La Real Fuerza. Llegaba el nuevo hacedor de fortalezas con fama de tener habilidad y suficiencia, además de poseer cordura y templanza y venía además con el cargo de director de la Real Fuerza. Cuarenta y cinco años después, moría en la ciudad de La Habana con el título de Maestro Cantero y Maestro Mayor de las Obras de la Ciudad.

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