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Excelsior, el ingenuo ballet del progreso

24 de mayo de 2013

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Ballet Excelsior

El pasado 28 de abril, durante una de las funciones del Ballet Nacional de Cuba en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, se ofreció el pas de deux del ballet Excelsior, interpretado por la primera solista Dayesi Torriente y el bailarín napolitano invitado Luca Giaccio. Los espectadores no informados aplaudieron el virtuosismo de los intérpretes en lo que parecía un dúo clásico más. Sin embargo, esta obra, nunca representada integralmente entre nosotros, tiene una historia singular.
Excelsior es un ballet en dos actos y once escenas, concebido por el coreógrafo italiano Luigi Manzotti, sobre música de Romualdo Marenco, dedicado al desarrollo de la ciencia y el progreso de la humanidad, que deben ayudar a derrotar al Oscurantismo y la guerra. La obra partía de un estilo deliberadamente alegórico, en el que sus personajes encarnaban la Electricidad, la Ciencia, las Artes y otras abstracciones, en un espectáculo de formato grandioso.
Estrenado en 1881 en el Teatro La Scala de Milán, pronto se difundió por el mundo. En París hubo que concluir en 1883 a toda velocidad el Teatro Eden para estrenar esta obra, de la que se ofrecieron 300 representaciones y así mismo fue un suceso en Madrid, New York, Buenos Aires.
José Martí pudo presenciar la obra en New York en 1883 y escribió en una crónica para el diario La América de esa ciudad, en octubre de aquel año, donde la califica como “baile suntuoso que, como un himno cantado por los colores y los miembros armoniosos del cuerpo humano a las conquistas del hombre sobre la Naturaleza, han dispuesto, con notable alcance en el pensamiento y lujo en la forma, sus afortunados autores”.
Elogia especialmente “un curioso baile de a cuatro […] en que la Civilización, en saya corta, y la Luz, con casco y largo manto relumbrantes, disputan a un cruel señor de esclavos, azuzado por el genio negro de la Oscuridad, un pobre siervo desnudo y maltrecho, con quien la Civilización, al cabo victoriosa, baila en conyugal abandono el paso de la igualdad y de la paz”. Precisamente ese dúo de la Civilización y el siervo es el que pudimos contemplar en la función reciente, aunque separado de su contexto original.
La obra fue repuesta hace poco tiempo en el Teatro La Scala, en los festejos por el bicentenario de la institución, con coreografía de Ugo Dell’Ara y diseños de Giulio Coltellacci, con Roberto Bolle y Alina Somova en los roles principales.
Aún cuando no exista ya esa ingenua fe en el papel del progreso científico para lograr la paz y la hermandad mundiales, este ballet ha vuelto a tener una exitosa acogida, por su singularidad, en escenarios de Italia y Rusia y entre nosotros hemos tenido una mínima muestra de ello.

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Comentarios



Ale / 26 de junio de 2013

Virtuosismo?? , aplaudido por las amistades de los bailarines . A mi no me gusto en lo más mínimo dejo mucho que desear ese fragmento del ballet. Y si he visto la version completa en video de esa obra.