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Evitando encasillamientos (II)

19 de febrero de 2016

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Luego de pensarlo bien, decidí dedicar mi comentario de hoy, a otro aspecto abordado por Leonardo Acosta en su libro: Otra visión de la música popular cubana, y que él titula: “De los complejos genéricos y otras cuestiones”.
Empezaré por decir, que cuando yo era estudiante de Musicología en el Instituto Superior de Artes (ISA),el doctor Olavo Alén (graduado en la Universidad de Humboldt en esta especialidad) quien impartía la asignatura de Organología, me informó que la música cubana se dividía en complejos genéricos, cuyos pilares eran: el son, el danzón, la canción y la rumba. Infelizmente, este concepto hoy día continúa vigente para muchos especialistas. Sin embargo, en conversaciones sostenidas con el doctor en Ciencias Musicológicas, Danilo Orozco, descubrí que nuestra música no podía encasillarse de esta manera tan simple. Veamos ahora, cómo Acosta se refiere al tema.

“…lo que una vez acogimos como una novedad o hasta un hallazgo conceptual se ha convertido en un dogma, y autores de Cuba y otros países de habla hispana lo repiten una y otra vez, sin análisis previo o reflexión crítica alguna. Un término innecesario puede pasar, pero un dogma puede incluso impedir una visión clara del proceso histórico del que surgieron y se desarrollaron nuestros géneros más raigales y prácticamente toda nuestra música popular, sobre todo la bailable. Por eso hay que analizar sin apasionamiento el problema de los complejos, que en realidad es bastante simple en el fondo, y aspirar a que podamos a corto plazo librarnos de él, y abrirnos paso hacia una historiografía y una musicología al menos libre de complejos.”

Con esa visión clara y certera que caracteriza las opiniones de Leonardo Acosta, se refiere a la existencia de complejos industriales, de números complejos y de otros relacionados con la Psicología, la cultura artística, el turismo… y añade: “La palabra misma es, por tanto, un comodín para designar muchas cosas distintas que son complicadas, pues complejo es a su vez sinónimo de complicado, a pesar de la elemental simpleza que le hemos atribuido /…/ Otra cosa es aplicar el término al fenómeno estrictamente musical, y es esta aplicación errónea la que parece haber creado la manía de los complejos”.
Más adelante, el autor afirma que en esto de los complejos musicales hay también su factor negativo para la investigación de la música popular cubana, porque “enmascara la unidad fundamental de nuestra música bailable y su esencial africanía a partir de unas raíces caribeñas comunes, al proceder a una compartimentación o segmentación de la misma y de sus pilares fundamentales, que se convierten en mundos separados y autónomos comoghettos.”
Finalmente, Leonardo Acosta expresa que nos encontramos ante un vacío histórico, “que no hemos apenas intentado llenar por pura inercia”. ¿Lo haremos algún día?

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