ribbon

Ettore Scola, cronista para todos los tiempos

27 de noviembre de 2016

|

 

portada

 

La desaparición física del gran cineasta italiano Ettore Scola, el pasado 19 de enero a los 84 años, incitó a la Cinemateca de Cuba a incluir un homenaje a su memoria dentro de la programación fílmica de la Semana de la Cultura Italiana en la sala 3 del Multicine Infanta del jueves 17 al domingo 27 de noviembre.
Cuántas imágenes debemos a este enorme creador: el torrente verbal de una Mónica Vitti disputada por un albañil y un pizzero en Celos estilo italiano; la incertidumbre de Stefania Sandrelli por corresponder a tres amigos que ven pasar el futuro sin percatarse de ello en Nos habíamos amado tanto; la hermosa fealdad de una Fosca capaz de desatar una autodestructiva pasión de amor; asistir en La noche de Varennes al espectáculo de unos monarcas próximos al patíbulo; o al vínculo que en Macarrones une dos formas distintas de ver la vida con lazos menos frágiles que unas pastas; la certeza en medio de El baile de que el cine es arte de la imagen y no siempre precisa de la palabra; la canción a coro entonada en la platea del Splendor por el público decidido a defender que no desaparezca esa “maravillosa forma de estar juntos” que es una sala de cine, mientras cae la nieve sobre sus cabezas y a uno le resulta difícil reprimir el impulso de levantarse de la luneta y aplaudir…

 

splendor3

“Splendor” (1989)

Según Scola, “la grandeza del cine estaba y sigue estando en que, para los que realmente lo aman, es ilimitado y siempre accesible”. Cada una de sus películas nos acercan al Cine en estado puro, desprovisto de toda pretensión que no sea estremecernos con historias narradas con brillatez: la de un grupo de personajes atrapados en una alegórica terraza, en una diligencia detenida ante una encrucijada, un salón de baile como metáfora de la vida, la casa testigo del devenir de toda una familia en la que cada uno reencuentra la propia, una sala cinematográfica a punto de convertirse en un centro comercial, o el hombre y la mujer que viven en un mismo edificio sin conocerse y se encuentran durante Un día especial, en una filmografía conformada por películas abiertas que no terminan con la palabra FIN.

 

ettore-scola-macchina-da-presa
Después de cursar estudios clásicos y jurídicos, Ettore Scola coincidió con un no menos jovencísimo Fellini en las páginas de de la revista humorística Marco Aurelio. Allí nació su amistad, estrechada con el curso de los años cuando acostumbraban a visitarse en los sets mientras filmaban. Fellini incluso aceptó interpretarse a sí mismo en la reproducción del rodaje de la célebre secuencia de en La dolce vita, con la sueca Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en la Fontana de Trevi, insertada por Scola en medio de Nos habíamos amado tanto en la cual Federico escoge al personaje interpretado por Stefania Sandrelli por su físico como extra en el night club.

 

 1974 Vittorio Gassman Stephania Sandrelli COLLECTION CHRISTOPHEL

Stefania Sandrelli y Vittorio Gassman en “Nos habíamos amado tanto” (1974)

Mucho tiempo después, luego de rodar La cena (1999), Competencia desleal (2001), y su hermosísimo documental Gente de Roma (2003), Scola anunció su retiro definitivo del cine hasta ver a Berlusconi tras las rejas. Al cabo del tiempo y pese a no darse por vencido –como declaró en una entrevista–, los duros golpes que ha recibido el político y, sobre todo, el vigésimo aniversario luctuoso de Federico Fellini, le animaron a realizar Qué extraño llamarse Federico (2013), una suerte de retrato cubista conformado por fragmentos de los filmes del hacedor de Ocho y medio, materiales inéditos, recreaciones mediante ficción de los tiempos de ambos en Marc’ Aurelio, y entrevistas, solo con el fin de contar el Fellini que conoció. Sería el último título en la obra de Scola, plena de inquietudes sociales y en la cual la familia estuvo en el centro una y otra vez.

 

Que-extra-¦o-llamarse-Federico-7

Ettore Scola dirigiendo un sentido homenaje a Fellini

Visitó Cuba en 1998, ocasión en que el 10. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano le rindió tributo con una breve retrospectiva de su amplísima filmografía y recorrió la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, donde departió con estudiantes y profesores. Ettore Scola –nombre imprescindible– es de esos artífices que contribuyó con su legado de no pocas obras maestras, varias de ellas incluidas en este ciclo, a cimentar la categoría de séptimo arte.

Galería de Imágenes

Comentarios