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Espía Nazi I

6 de febrero de 2015

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imagenHace días que vengo revisando notas de conversaciones sostenidas hace algunos años con los doctores Noemí y Alberto Edreira Pérez, nietos de Juan Gualberto Gómez y vecinos que fueron del espía nazi Enrique Augusto Lunin, también con mi amigo el periodista Juan Chongo Leyva, autor del libro La muerte viaja con pasaporte nazi, y otras fuentes vivas y de archivos.
En 1941 arribaba a Cuba desde España, en el buque Villa de Madrid, un pacífico comerciante hondureño, con las pacíficas aspiraciones de establecer una pacífica casa de negocios en esta capital.
Pero en realidad el pacífico visitante latinoamericano no era otro que el ingeniero alemán Heinz August Kunning, comisionado por el alto mando berlinés para informar a su país la entrada y salida de buques en nuestro puerto entre otras cuestiones.
Con pasaporte y nombre falsos, Enrique Augusto Lunin se estableció primeramente en el hotel El Sol, de la calle Belascoaín.
Ya el agente nazi tenía experiencia en trabajos similares en República Dominicana, Honduras, Portugal y Estados Unidos, dominaba perfectamente los idiomas inglés y español y había sido instruido en telegrafía, radiocomunicaciones, cartas de navegación, defensa personal.
De la calle Belascoaín, Lunin pasó a vivir al segundo piso de Teniente Rey 366, entre Villegas y Aguacate, en La Habana Vieja, una humilde pero limpia y decente casa de huéspedes.
De inmediato estableció su casa comercial en la calle Industria 314, pero… ¿cómo comenzó este agente sus actividades de espionaje? ¿Cuál era su modus operandi?, de eso les hablaré la próxima semana.
Gracias y hasta entonces.

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