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Ernesto Lecuona-Epistolario (XLV)

8 de julio de 2016

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SIN PIE DE FOTO (Small)

 

En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, publicada por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba. Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra:

Entre las últimas cartas que Ernesto Lecuona escribió en Barcelona, antes de retornar a La Habana, figuró una redactada el 16 de diciembre de 1958, la cual dirigió a Arturo Ramírez. En esa misiva el maestro daba detalles acerca del deterioro experimentado por su salud poco después de arribar a España.

 

Querido Arturo:

 

Recibí su carta y una tarjeta de felicitación de Pascuas y año nuevo. Usted me dice que no ha recibido carta mía… Carlitos ha sido el “escritor” de este viaje; pues él no solo los ha invadido de cartas, sino también de noticias artísticas.

Yo, a los tres días de llegar a Madrid, me enfermé. Con el médico a mi lado. Una gripe con bronquitis asmática que fue un desastre. Tan pronto me mejoré, aconsejado por todos, me fui con la “comparsa” para Alicante en busca de un clima tropical, ¡qué equivocación!… en Alicante había tanto frío o más que en Madrid; llovía torrencialmente y la humedad se metía por la punta del pelo…

Otro médico… fiebre, ahogo, disnea; en fin, una cosa terrible… tan pronto mejoré, me fui a Valencia… con el ánimo de acercarme a Barcelona… ¡peor que en Alicante!, pues es la ciudad más húmeda de España. Ya desesperado, pues una noche (que lo cuente el grupo que ha venido conmigo) fue horrible la crisis asmática –no podía respirar… bolsas calientes, grajeas expresamente para los ataques fuertes de asma, etc.–, me dispuse a venir para Barcelona, y aquí, al llegar, llovía torrencialmente con un viento aciclonado.

Llamé al médico… Joven, especialista en enfermedades del corazón y de pulmones, me hizo un verdadero análisis; me chequeó todo; me encontró muy mal, inclusive con síntomas de insuficiencia cardiaca, etc.; me recetó; se me pusieron inyecciones por un enfermero que viene todos los días… en fin, dos semanas de fastidio y de ahogo… Ya voy mejorando… no estoy del todo bien… pues debo ponerme en un tratamiento serio que me recupere o me cure, si es posible.

Por esto he decidido marcharme a esa. Yo he escrito, pero ocultándole a la gente lo que le digo en esta; a ustedes no podía escribirles con mentiras, porque temía, sobre todas las cosas, que en esa desorbitación de correspondencia que ha tenido Carlitos, les dijera (como les dijo, habiéndoselo yo prohibido) que yo estaba enfermo.

Esto ha echado a perder mi negocio; mis arrestos de trabajo con Fernández Shaw para terminar El sombrero de Yarey… el viaje de Elisita, de Edgardo y de Rigo… Y si todo esto fuera poco, dejé en esa 18 contratos firmados de artistas cubanos que iban a actuar en mi espectáculo a mediados de diciembre; ahora, precisamente.

Ya tiene explicado mi silencio en parte…

Pronto nos veremos. Arruga verá a Carlitos el jueves próximo. Ya tengo el décimo de la lotería. Yo compré otro, para sacarnos los dos el gordo…

Recuerdos, abrazos y ¡hasta pronto!

 

Ernesto Lecuona

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