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Ernesto Lecuona-Epistolario (LV)

16 de septiembre de 2016

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ROSENDO RUIZ QUEVEDO.Ruiz (Small)

Rosendo Ruiz Quevedo

 

En librerías de la capital y provincias cubanas se encuentra a la venta la segunda edición de nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, publicada por la editorial Oriente, de Santiago de Cuba. Y para que los lectores de esta sección aprecien el contenido del aludido título, continuamos en De Ayer y de Siempre la inserción de gran parte de las epístolas que integran la aludida obra.

Mucho antes de divulgarse la carta publicada la semana anterior, Gonzalo Roig había presentado “…querella ante el juzgado de instrucción de la sección tercera contra los autores musicales Rosendo Ruiz Jr., Humberto Suárez, César Portillo de la Luz, Orestes Santos, Juan Arrondo y Julio Gutiérrez”, mediante escrito denunciante que imputa a los acusados los delitos de calumnias e injurias graves con publicidad. Expone que son dirigentes de la Sociedad Nacional de Autores de Cuba, situada en Malecón 407 [sic], y puestos de acuerdo con el propósito de difamar de su persona, publicaron folletos, manifiestos y sueltos en la prensa diaria. Al recibir el escrito de querella, el doctor Rodríguez Esquivel ordenó radicar causa e instruir de cargos a los acusados.

 Acerca de tal decisión del maestro Roig comentarán Portillo de la Luz y Ruiz Quevedo en otra misiva dirigida a Luis Agüero, que la incluyó en su columna periodística del diario Revolución el 1ro de diciembre de 1959.

 

Estimado señor:

 

Muchas gracias por la atención a nuestra anterior carta. En esta ocasión nuevamente solicitamos su atención responsable y revolucionaria. Señalándole que, lamentablemente, el otro lado de la medalla musical de los maestros Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, es que han sido durante más de quince años los “instrumentos gloriosos” utilizados por los GRANDES MONOPOLIOS DE EXPLOTACIÓN AUTORAL EN CUBA.

Precisamente hace días el maestro Gonzalo Roig presentó querella, por supuesto delito de calumnia pública (así llaman los culpables cuando se les dicen verdades), contra un grupo de compositores en los cuales nos encontramos los firmantes de la presente, que ratificamos, en todo, nuestras afirmaciones y presentamos ante los tribunales pruebas irrefutables.

 Por lo demás, la referida querella es a manera de una “cortina de humo” que ha lanzado el maestro Roig, tratando de ocultar que existe una causa Nº 533 de 1958 elevada recientemente por el Tribunal de Cuentas de la República a la Sección Segunda del Juzgado de Instrucción, en donde tratan de torpedearla y retenerla los intereses al servicio de los grandes monopolios como la BMI (Broadcasting Music Inc.) que usufructúa los derechos de ejecución en el extranjero de la música cubana. En esa causa incoada por malversación de más de $80 000 (ochenta mil pesos) de derechos autorales se involucra sin excepción a todos los integrantes del Consejo de Administración de la Sociedad Nacional de Autores de Cuba (SNAC), hasta diciembre de 1958, siendo así que, incidentalmente, fuera el maestro Gonzalo Roig, presidente inicial de esta entidad, y aunque renunció al cargo como tal, nunca renunció, ni se querelló por aparecer en boletines posteriores de la propia SNAC, hasta 1958, como delegado personal del dictador Batista.

Musicalmente suyo,

 

Rosendo Ruiz Jr. y César Portillo de la Luz

 

   A manera de colofón del resultado de las mencionadas acusaciones contra Lecuona y Roig, y el estado en que quedaron los compositores cubanos hasta los dos primeros meses de 1960, insertamos el artículo “La situación autoral”, que el 8 de marzo de aquel año publicó la compositora y crítica Marta Valdés en su columna “Música Popular. Discos. Shows. Éxitos”, del periódico Revolución:

 

La Asamblea del pasado 26 [febrero] en la Sociedad de Autores, contó con la asistencia del interventor Zamora, que informó acerca del ritmo que lleva la Ley Autoral para su aprobación; del mismo modo ofreció avances en relación con el futuro económico de esta clase. El interventor expresó lo siguiente:

Respecto a la Ley, pidió un voto de confianza a los autores, que solicitaron su lectura en la asamblea, asegurando que dicha Ley ha sido revisada cuidadosamente por el Presidente de la República, y añadió que una vez redondeada en algunos puntos, será leída a los autores, previa aprobación del Consejo de Ministros.

La reorganización administrativa. El nuevo organismo SCAM (Sociedad Cubana de Autores Musicales) se organizará en el término más breve posible.

Las elecciones. No tardarán en celebrarse, y tendrá derecho al voto aquel autor que en los últimos años haya obtenido en la SNAC cualquier tipo de recaudación –desde un centavo– por concepto de su música.

De los 60 000, 00 acumulados en la SNAC, cuyo origen y destinatarios se desconocen, una parte será distribuida entre los autores sobre bases que pronto se establecerán. El resto quedará como remanente para hacer frente a los gastos que traerá consigo la reorganización, de modo que estos no afecten a la economía de los autores.

De los convenios internacionales. Expresó el interventor que el primer paso a dar consiste en organizar de modo limpio las recaudaciones del país, y una vez logrado esto, ya sería posible realizar convenios con el extranjero para reclamar la retribución por concepto de nuestra música fuera de aquí, pero pudiendo nosotros también pagar derechos por la música extranjera que se ejecuta en el país.

Del futuro económico, refiriéndose a la situación de miseria que impera en la clase, afirmó que, una vez puesto en marcha lo que establece la Ley, los ingresos individuales habrán de quintuplicarse.

De las editoras. Se estima posible la intervención de las mismas para una revisión de los manejos que han empleado como representantes de los autores, teniendo dichas entidades que rendir cuenta a los mismos para que sean estos los que juzguen a quienes los han explotado por tanto tiempo. Respecto a las sumas que las editoras reclaman como suyas y que la SNAC tiene congeladas, serán entregadas a las mismas, si prueban legalmente su derecho a ese dinero. De lo contrario, serán repartidas entre los autores correspondientes.

De las acusaciones hechas contra Lecuona, Roig, Rodrigo Prats, Carballido, Sánchez Arcilla y otros. Contra los tres primeros no se han podido hallar pruebas como para proceder a una intervención por parte de Recuperación de Bienes; sin embargo, queda pendiente la causa criminal que les hará comparecer a juicio para responder por haber prestado su nombre a los manejos que hacían en la SNAC en tiempos de Batista.

 

Contra los demás ya Recuperación de Bienes ha procedido, por estar más que probada su culpabilidad en ese sentido.

El ambiente general entre los autores es de apoyo a la política del interventor como representante del Gobierno Revolucionario.

Por nuestra parte nos anticipamos a temer una reacción por parte de las entidades que verán tronchadas sus posibilidades de explotación. Será duro para ellas detener la orgía de robos que hasta hoy venían beneficiándolas por falta de leyes que protegieran al autor. Sin embargo, alentamos a la sufrida clase autoral a tener fe en el triunfo de las cosas justas, para ver si tanto las compañías grabadoras como los victroleros, las emisoras de radio y televisión, los centros nocturnos, los directores de orquestas y conjuntos, “entran por el aro”, concediendo el respeto debido al derecho ajeno. De todos modos, “la ley es la ley” y aunque el resultado de esta victoria no pueda verse de modo inmediato, sus caracteres de solidez aseguran un futuro digno.

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