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Erich Kleiber: Voluntad y carácter (III)

21 de noviembre de 2014

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Kleiber-Erich-2En 1908, Kleiber ingresa en el Conservatorio de Praga, allí comienza los estudios del piano por espacio de cuatro años de fecundo provecho. Entonces se dio a la tarea de gestionarse un instrumento, gestión que logra por 425 coronas, y con esa voluntad inquebrantable que siempre hubo de distinguirle, se entregó a los estudios de este instrumento hasta lograr presentarse en público y tocar sin hacer un mal papel.
Paralelo a los estudios del piano, se adentró en el conocimiento del órgano y el tímpani. Para esta etapa de su vida, comienza a asistir a los ensayos de la Orquesta del Dustcher Teather; con esta orquesta, interviene en los ensayos del coro de la ópera Fausto.
Ya con 21 años de edad, Kleiber hace su debut como director de la Orquesta del Darmstadt Court Theater. Nuevamente con la batuta de esta agrupación sinfónica, hace una segunda presentación, ahora en la conmemoración por la fecha del fallecimiento de Klist. En esta oportunidad, hizo una ejecución especial de Prinz Von Homburg. El 10 de marzo de 1912, el joven músico austriaco dirigió una nueva versión de Manzalle Nitouche, de Hervé.
En busca de nuevos horizontes, el 15 de julio, Kleiber decide abandonar la ciudad de Praga, tras cuatro años de fructíferos y visionarios estudios. Para el mes de octubre de 1912, llega a Darmstadt, ya para esa época Kleiber se había ganado una sólida y seria reputación; durante los primeros meses de este año, se le vio muy atareado, pues para el 29 de octubre tenia la propuesta de dirigir Der Liebe Augustin, de Fall.
En el curso de los tempestuosos años 1914 y 1918 –se desarrolla la Primera Guerra Mundial- Kleiber visita con mucha frecuencia la ciudad de Praga, para continuar bebiendo en los sabios arranques de los maestros Dvorak y Smetana.
En 1916, por enfermedad del maestro Ottenheimen, entonces virtuoso director de la orquesta de la ópera de Darmstadt, a Kleiber le permiten hacer los ensayos a primera vista de Der Rosenkavalier, hermosa partitura de la fecunda carpeta autoral de Strauss; y aunque no le permitieron dirigir el estreno, sí le ofrecieron la dirección del tercero y cuarto concierto, así como 100 marcos por cada ensayo. Se dice que este suceso llegó a los oídos del propio Strauss, que siempre que coincidía con Kleiber lo saludaba diciéndole “Qué dice mi director a primera vista”.
En plena guerra mundial, más propiamente en el año 1917, Kleiber inicia una gira por Bucarest, Bruselas, Hamburgo y Frankfurt, alineando en la nómina de la Ópera de Darmstadt; en esta gira dirige Lohengrin y El Barbero de Sevilla.
En 1920 la ciudad de Armterdam fue la sede del Festival Mahler, en este evento se conoció a Kleiber como uno de los directores de mayor virtudes, al similar ocurrió en Dusseldorf cuando el primero de julio aparece como director sin haber pasado por las pruebas de rigor. Se conoce que en su primer concierto en esta ciudad, resultó todo un acontecimiento sus interpretaciones de las obras de Schönberg (1874-1951). Dos años después, Kleiber fue invitado a debutar como director en la Opera de Berlín; con esta presentación, el gran director recibió de la prensa especializada  elogiosos comentarios por su magistral interpretación de Fidelio, obra que  dirigió, según se dice,  con solo un ensayo. Luego de esta formidable presentación, Kleiber fue nombrado su director titular hasta el año 1935.
Luego de serias discrepancias de carácter ideológico con los principales lideres del Tercer Reich, Kleiber rompe su contrato con la Opera de Berlín y decide trasladarse a América. Muy pronto pudo vérsele dirigiendo en brillantes jornadas sinfónicas de Buenos Aires y México;dos temporadas con la Orquesta Filarmónica de New York. También arranca cerrados aplausos por su excelente labor artística en Montevideo, Santiago e Chile, Sao Paulo, y en el teatro Colón de Buenos Aires.

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