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En homenaje a Sara Escarpanter

15 de abril de 2022

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Sara Escarpanter

 

Siempre que escuchamos el disco Lecuona y sus intérpretes vuelve a cautivarnos el talento vocal de la que fue una de las más hermosas vocalistas del arte lírico cubano: la soprano Sara Escarpanter Utrera (La Habana, 1919-Nueva York, 1999).

Una revisión de su árbol genealógico, permite localizar la existencia en él de artistas de mérito: Adolfo Utrera (tenor), Jesús Escarpanter (compositor y director de orquesta), Francisco Escarpanter (pianaista y compositor) y Antonio Utrera (barítono).

Sara estudió en el Conservatorio Municipal de la capital cubana y con José Manuel (Lalo) Elósegui. Tras sus primeros éxitos en las radioemisoras CMW y COCO, debutó con carácter profesional en el concierto nocturno que Ernesto Lecuona organizó en el teatro Nacional el 29 de septiembre de 1938, interpretando una canción del maestro: Vestal serena (L.: Gustavo Sánchez Galarraga), secundada por la Orquesta de La Habana, bajo la batuta del propio pianista y compositor. Lecuona la incluyó en el grupo de intérpretes que a partir del 16 de octubre de 1938 participaron en sus audiciones semanales a través de los micrófonos de Radiodifusión O’Shea (CMK), y en el elenco del concierto de música cubana que el 31 de diciembre de ese año ofreciera en el Auditórium, donde la Escarpanter cantó Mi amor eres tú. Posteriormente, la invitó a otros conciertos y programas radiales, y siguió de cerca la formación de esta talentosa soprano.

Sara Escarpanter hizo su primera gira al exterior entre enero y febrero de 1939, cuando integró el colectivo que Lecuona llevó a escenarios de Puerto Rico, principalmente en el lujoso hotel Condado, el teatro Paramount y otros coliseos de San Juan. Tras su interpretación de la melodía lecuoniana Bésame tú, sería ovacionada el 30 de julio de ese año en el habanero teatro Nacional, al participar en el recital dedicado a las repúblicas latinoamericanas por el autor de La comparsa. El 22 de febrero de 1943 actuó en el homenaje rendido por la Corporación Nacional del Turismo a Moisés Simons, Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet en el Auditórium. Disfrutaba entonces de un contrato de exclusividad en la RHC-Cadena Azul, el cual abarcaría cuatro años. Viajó en 1945 Nueva York con el objetivo de perfeccionar sus estudios de canto con la soprano Clementine de Vere. Largo tiempo dedicó a tal empeño, y luego la Unión Panamericana la contrató para ofrecer una gira de recitales en distintas urbes norteamericanas y Canadá.

Regresó a La Habana a fin de incorporarse al espectáculo que Lecuona ofreció en abril de 1949 en el América, al que también dieron su colaboración la cantante Olga Guillot, el declamador Luis Carbonell, los pianistas Orlando de la Rosa y Carlos Barnet y la pareja de bailes Gustavo y Olga. Dirigida escénicamente por Antonio Palacios, en julio de ese año protagonizó en el Martí las zarzuelas españolas Los gavilanes (Adriana) y Luisa Fernanda (Duquesa Carolina), al lado del barítono español Juan Amorós, el tenor Francisco Naya y otras figuras. Entre este año —y el siguiente—, actuó con Lecuona en escenarios de Tampa (teatros del Círculo Cubano y del Centro Asturiano), Cayo Hueso (Convent Auditorium) y Miami (Alianza Internacional y Senior High School).

Trabajó en varios de los principales programas de la televisión criolla: Gran teatro (CMQ-TV) y Noche tropical, este último con Ernesto Lecuona (Unión Radio-TV). De nuevo viajó a Estados Unidos en 1954. Cumplió allí algunos compromisos profesionales y, bajo la dirección orquestal de Gilberto Valdés, cantó en el Carnegie Hall. En 1956 fue contratada para los tres espacios semanales de Lecuona en el Canal 2 de la televisión cubana: Melodías de ayer, Miércoles de gala y Melodías de hoy. Al siguiente año se trasladó a España, donde se destacó en programas de Radio Madrid. Retornó a La Habana en los primeros meses de 1959 y fue aplaudida en los Festivales Lecuona, que el 23, 27 y 30 de mayo tuvieron lugar en el Auditórium.

Durante 1961 la Escarpanter actuó en sendos homenajes tributados a Blanca Becerra y Antonio Palacios en el Martí. Cooperó en el segundo semestre de ese año en el Payret con una temporada de arte lírico auspiciada por el Consejo Nacional de Cultura, en cuyo desarrollo encarnó el personaje de Aurora la Beltrana, en Doña Francisquita. Integró en 1962 el colectivo fundador del Teatro Lírico, grupo con el que caracterizó los roles titulares de Tosca y María la O, así como los respectivos personajes de la Duquesa Carolina y la Adriana de Luisa Fernanda y Los gavilanes. Bajo la batuta de Gonzalo Roig, figuró en aquella época en adaptaciones televisivas de Doña Francisquita, Cavalleria rusticana y La rosa del azafrán.

A finales del decenio de los sesenta fijó su residencia en Estados Unidos. Hizo nuevas actuaciones en el Carnegie Hall (1970 y 1984), pero, además, en Venezuela, Brasil, Chile, Puerto Rico y España.

Acerca de una de las cantantes criollas que más distinguiera Ernesto Lecuona, este opinó en cierta oportunidad: «Sarita Escarpanter es una extraordinaria voz de soprano lírico-spinto, con el aliciente singular de poseer unos graves que para sí los quisieran muchas mezzos y contraltos. // La voz de Sarita Escapanter, reconocida por todos los que la han oído, es bellísima en su timbre pastoso, suave y aterciopelado».

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