ribbon

En homenaje a Ernesto Lecuona (III)

1 de noviembre de 2013

|

El 29 de noviembre próximo se cumple medio siglo del fallecimiento en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España, del mundialmente célebre compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona Casado  (Guanabacoa, La Habana, 1895).
Por tal motivo, desde esta sección y hasta la citada fecha, a partir de hoy incluiremos en De Ayer y de Siempre un muestrario de epístolas redactadas por el maestro –o dirigidas a él–, las cuales figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, publicado a principios de este año por la firma Ediciones Boloña, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

La Metro Goldwyn Mayer (MGM) contrató en 1931 a Ernesto Lecuona para musicalizar en Hollywood ―según se informó en la prensa habanera― la película The Cuban Love Song, dirigida por el norteamericano Woodbridge Van Dyke, la cual indistintamente se llamó en español Canción cubana de amor  y El manisero.
Protagonizado por la actriz mexicana Lupe Vélez, Ernest Torrence y Lawrence Tibbett —barítono del Metropolitan Opera House, entonces en el apogeo de su fama—, para el largometraje se solicitaron inicialmente los servicios de otros artistas cubanos: la soprano Carmen Burguette, la pareja de bailes que integraban Sol Pinelli y Armando Mario, y la Orquesta de los Hermanos Palau.
Al margen de su labor en The Cuban Love Song, Lecuona y sus coterráneos actuaron en el teatro Paramount, de Los Ángeles, incorporados a un espectáculo con la orquesta de cincuenta y cinco profesores de David Mendoza y el ballet de ese coliseo.
Si bien durante aquella permanencia en Hollywood recibió Lecuona deferencias y agasajos de los máximos ejecutivos de la Metro Goldwyn Mayer y muestras de admiración de celebridades del arte, como los actores mexicanos José Mojica y Antonio Moreno y el compositor George Gershwin, con quien volvió a encontrarse, el maestro regresó a Cuba, en noviembre del citado año, totalmente decepcionado por el rodaje de The Cuban Love Song, pues en este se falseaban el ambiente y la idiosincrasia criollos.

Aún en la Meca del Cine, el 2 de octubre de 1931 Ernesto Lecuona redactó una extensa carta dirigida en La Habana a su amigo Francisco Moreno Plá, abogado, escultor y periodista del diario El Mundo:

Mi buen amigo Pancho:
Recibí tu afectuosa carta la que contesto con verdadero gusto. Por ella me entero de varias ocurrencias habaneras, entre estas La sinfónica de Jesús María, en donde [Rafael] Betancourt y [Vicente] Lanz suenan mi Comparsa a dos pianos, mientras [Julio] Richard y su ballet hacen de las suyas…
Sobre que ya tienes hecha una composición fotográfica de la Vélez, Tibbett y yo para un trabajo tuyo, me parece espléndido; ahora bien, que a mí me gustaría, si te parece y puede ser, que en esa composición fotográfica apareciera Carmita Burguette, pues ella ha tenido participación directa en la película y es una paisana nuestra, digna de todo apoyo. ¿Te parece a ti? Por Roberto Rodríguez o [Juan] Bonich podrás tener un retrato de ella.
Los datos que me pides, y que te ofrecí, aquí van, aunque no son referentes a The Cuban, pues aún no ha sido la prueba.
Estos datos, con un poco de arreglo, puedes darlos íntegros y titularlos, si quieres, «Cartas de Lecuona desde Hollywood» o «Interviú por radio, con Lecuona», o como tú quieras.
Ahí van:
Empezaré por decirte, que Hollywood no me hizo ninguna impresión, pues sin conocerlo, ya me lo imaginaba como es: un pueblo, o un barrio, mejor dicho, de Los Ángeles, que quiere ser europeo, sin dejar de ser yankee. Tiene cosas muy bonitas, pero son las menos.
Los Ángeles, en cambio, es una ciudad muy linda en su aspecto yankee. La fama de Los Ángeles como ciudad europea o latina, no se la veo por ninguna parte. Sin embargo, es una ciudad linda.
Respecto a los estudios, siempre pensé lo que he podido comprobar aquí: mucha fantasía y más nada.
Esa fantasía, en que la gente eminentemente cinematográfica cree a ojos cerrados de esos estudios, de los artistas de cine, de Hollywood, etc., es eso: fantasía echada al aire por las revistas y periódicos…
Los artistas de cine, son como otros artistas… Los hay para todos los gustos… En lo único que se diferencian de los otros, es en los sueldos que ganan semanalmente cuando hacen películas.
Los estudios, en general, están en crisis, pero una crisis bastante fuerte. Yo creo que el cambio tan rápido que ha sufrido el público del cine mudo al cine parlante, es el motivo de esa crisis. Y sobre todo en el mercado hispanoamericano.
Las películas que aquí llaman españolas, y a lo mejor quieren ser mexicanas o argentinas, han sido un desastre. Siempre pensé, conociendo como se trabaja el arte en los Estados Unidos, que nada bueno se haría en lo que se refiere a nuestras cosas…
Verdaderas estrellas del teatro español han sufrido aquí grandes desengaños…      [Ernesto] Vilches, por ejemplo, una de ellas… Recuerdo que hace noches en la fiesta de Antonio Moreno, después de oírme, abrazándome todo emocionado, me dijo:
―¡Me voy para La Habana!…
A lo que yo le contesté:
―Tenga cuidado, porque por allá están las cosas muy malas…
―¡Nunca estarán tanto, como lo están aquí!… ―me contestó.
Con estas palabras de Vilches puede hacerse un poema. Y ya comprenderás cuánto quiso decir.
El único estudio que podía hacer cosas buenas en lo español o de América, es el de la Fox.
Hoy por hoy, la Fox es la única que pretende levantar nuestro pabellón en el cine… pero necesita aún empaparse de nuestras cosas, de nuestras costumbres, de nuestra vida…
Vistiendo de charros a los gitanos de España, no es como se podrá hacer…
La Fox sigue manteniendo, con entusiasmo, sus artistas españoles, y en sus películas trata de asesorarse de ellos…
La Metro no volverá a ensayarse en estos asuntos. Parece que el resultado le ha sido funesto…
Los contratos de unos cuantos artistas españoles que aún tienen sin hacer nada, trata de comprárselos, ya que no ha podido rescindírselos.
La Metro hace bien en no continuar trabajando la película española.
A mi juicio, cuanto ocurre en los Estudios referente a este problema, tiene que ocurrir forzosamente.
Por ejemplo: aquí existe el sistema —desastroso— de que a un señor (que no conoce ni en fotografías a Cuba o a México) lo designan, con una libertad absoluta, como director de una película cubana o mexicana…
En el aspecto de los autores de la historia o argumento de esas películas, no deja de tener su gracia. [Gregorio] Martínez Sierra vino a Hollywood, y se volvió a España, como vino…
[Jacinto] Benavente sigue en Madrid… Y así, sucesivamente, podría nombrar los más grandes prestigios de España y de América, que continúan en sus casas, porque aquí hay un alemán, o un sueco, o un ruso o un yankee que los reemplace.
¿La música? ¿Sus músicos?… Sobre esto me quiero reservar mis opiniones por ahora. Tengo mucho interesante que decir.
El cine, para los amantes de él, para los que le rezan a Valentino o a Barbara La Marr, en vez de rezarle a Cristo o a María, sería una desilusión enorme si pudieran palparlo como lo hago yo desde que llegué. Bien es verdad, y conste, que no he sido ni seré amante o fanático del cine; primeramente, porque adoro el teatro, y después, porque sobre el cine, en general, tengo un criterio especialísimo que ahora se ha aferrado a mí en mayores proporciones.
Con respecto a The Cuban, poco puedo decirte. Espero llegar ahí para que hablemos largamente sobre esto. Ya sabrás que Lupe Vélez cantó y bailó Buche y pluma;  que Carmita Burguette cantó La negra lucumí;  que Tibbett pregonó El manisero, y que yo, con la orquesta, he sincronizado: Siboney, La alondra cantaba, Adiós, mi amor, ¿Recuerdas tú?, Amor, El cafetal,  Allá en el batey y Como yo no hay dos, que, con La negra lucumí, hacen nueve composiciones mías que figuran en la película.
También, en una escena, como una remembranza, se sincronizó la habanera Tú.
La historia de The Cuban la han cambiado dos veces. El final aún no está decidido.
Lupe Vélez, que en la primera historia hacía de simple guajirita, ahora, en el cambio, hace de vendedora de maní…
Como tú comprenderás, una guajira cubana, que se dedica a vender maní, ya vamos bien por este lado…
El director, asesor, supervisor, etc. de The Cuban es Van Dyke (por el apellido verás su perfecto o directo origen alemán), que según su fama ha dirigido una magnífica película en las selvas del África…
Esto lo que se refiere al cine.
Sobre mi música, en otro aspecto, te diré que Jesse Crawford, el mejor organista del mundo, hizo para la Victor María la O y Siboney. La Malagueña acaba de hacerla Olga Samaroff (que muerta Teresa Carreño, es la primera pianista del mundo) en disco rojo Victor.
La orquesta de [Louis] Katzman hizo para la Brunswick Siboney y African Lament. Y la orquesta de Vicente López, María la O, en Brunswick también. Todos estos records en inglés, y para el mercado americano.
En la película Trasatlántica figura el Siboney; y en Susan Lenox, última película de Greta Garbo, se canta y baila María la O.
Debo decirte, como dato curioso, que la venta del Siboney ha aumentado enormemente ahora, a pesar de haberse editado por Leo Feist hace tres años. La demostración es los discos que en este trimestre han salido de él, para el mercado americano.
Ya están publicados por Mr. Edward B. Marks, en New York, para el mercado americano y el de Canadá, inclusive, las siguientes obras mías:

Andalucía (Suite española) para piano (seis números, incluyendo «Malagueña»)

DANZAS AFRO-CUBANAS
Danza [de los] ñáñigos
Danza lucumí
La comparsa
Danza negra
Lola está de fiesta
Y la negra bailaba

DANZAS CUBANAS
Por fin te vi
¿Por qué te vas?
Ahí viene el chino
(Este repertorio de piano ha sido enviado a todos los conservatorios de los Estados Unidos).

CANCIONES
María la O
Lamento africano
Noche azul
Pavo real
El pirulero
Canto negro
El faisán
Canto karabalí
Canto indio
Por eso te quiero

Total, hasta ahora, 25 números míos editados por Marks.
Schirmer’s, otra casa editora, tiene el Canto caribe… Leo Feist, el Siboney…
Y ahora saldrá Negra lucumí, por ser el número de atracción en The Cuban…
Marks edita ahora la Malagueña a 2 pianos. Noche azul ha sido autorizada para Tec Art, en otra película, como tema… Y en otra película de Norma Shearer, en la Metro, figurarán Adiós, mi amor y ¿Recuerdas tú?, a pesar de figurar en el score de The Cuban…
Como verás, te envío datos suficientes para una gran crónica que me enviarás tan pronto la publiques.
No dejes de mencionar todo lo que se refiere a mi música en nuevos discos y editada para piano, pues me conviene.

Ernesto Lecuona

Galería de Imágenes

Comentarios