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Emociones y sentimientos negativos; ¿Heredados o aprendidos?

29 de noviembre de 2013

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Habíamos dejado pendiente comentar acerca de que si nacemos o no con las emociones y sentimientos negativos. En realidad no, no sucede así, independientemente de que una estructura tan compleja, estática pero a la vez dinámica como es nuestra personalidad, tiene un componente o base biológica, pero la personalidad no se hereda, nos hacemos personalidad en el transcurso de nuestra vida y por ello, las emociones y sentimientos, tanto los positivos, como los negativos que nos ocupan en esta oportunidad, se aprenden y se van almacenando en nuestro sub conciente, desde allí se programan,  por ello, en la misma medida en que usted se decida a cambiar sus pensamientos, intentando que estén presentes aquellos positivos y optimistas, es que podrá ir cambiando esa programación que usted se ha creado con un mal aprendizaje de las emociones y sentimientos y cuando usted en el tiempo, de forma lenta pero segura, puede cambiar diametralmente la dirección y el rumbo de su vida hacia un pensar mas sano, estará determinando un estado de salud mantenido.
Usted lo ha vivenciado, como por ejemplo, cuando tenemos pensamientos hostiles, negativos, feos, malos, el corazón por ejemplo, nos puede latir con mas fuerza, puede elevarse la presión arterial, puede producirse hasta un infarto, y por otra parte, hemos comentado en otras ocasiones como las depresiones, la ansiedad, la excitación nerviosa, la ira, el rencor, la rabia, el deseo de venganza, las reservas, pueden debilitar el sistema inmunológico de su cuerpo y por aquí se pueden desarrollar muchos trastornos y enfermedades, algunas de ellas, las más frecuentes, las crónicas no transmisibles.
Las personas que su sistema inmunológico se deprime por causa de su pesimismo y negatividad, no funciona adecuadamente y por ello, son mucho más propensos a padecer de infecciones y de enfermedades crónicas.
Hemos encontrado infinidad de estudios desarrollados en esta dirección, pero también lo vemos en nuestra cotidianidad, y cuantas veces nos hemos cuestionado, porqué dos personas que conocemos, que han sido diagnosticadas de una misma enfermedad, por ejemplo de un cáncer, en el mismo estadio, una de ellas fallece en un tiempo muy breve y la otra sobrevive mas tiempo, incluso, muchas de ellas, la mayoría sobrevive eliminando la enfermedad en ocasiones de forma total, y en otras, al menos controlada, propiciando en ambos casos calidad de vida.
Cito uno de estos estudios desarrollados en el Hospital King´s College de Londres, que realizó una exhaustiva investigación con 57 mujeres aquejadas de cáncer de mamas y habías sido sometidos a una mastectomía. Los resultados hablan acerca de la confirmación de estos fundamentos relacionados con la ley de atracción, por qué siete de cada diez mujeres que poseían “espíritu de lucha” aun vivían vidas  normales diez años más tarde, mientras que cuatro de cada cinco de las mujeres que, en opinión de los investigadores “habían perdido la esperanza y se habían resignado a lo peor” tras escuchar su diagnóstico, habían fallecido tempranamente.
Lo anterior nos confirma la necesidad de preocuparnos acerca del tipo de información  con la cual alimentamos nuestra mente, así como de aquellos pensamientos que pueden estarla ocupando, sobre todo, por la afectación que directa e indirectamente pueden tener en nuestra salud física y mental.
Existen emociones negativas que se nos pueden presentar con frecuencia, como es por ejemplo las preocupaciones, las dudas, el odio, la soberbia, la rabia, esa necesidad en ocasiones de vengarnos, la envidia, el rencor, no saber perdonar, no auto reconocer nuestros desaciertos y errores, no asumir las frustraciones, el auto engaño, la mentira, la hipocresía, la doble moral, las reservas, en fin, toda una serie de emociones y sentimientos muy negativos que provocado por las propias circunstancias de nuestra cotidianidad pueden aparecer y cómo pueden intoxicar nuestro subconsciente.
Igual a cómo sucede la situación descrita cuando hablamos de emociones y sentimientos negativos, cuando la persona es capaz de originar, de crear, de pensar positivamente, se produce un fluido de los denominados neurotransmisores y de hormonas en el sistema nervioso central que propician una estimulación capaz de proveer de energías positivas al cuerpo lo que facilita la creación de circunstancias propicias para la presencia, la reafirmación o restauración, así como el mantenimiento en el tiempo del equilibrio dentro del proceso salud – enfermedad, y de la presencia de forma conservada, amparada y protegida del siempre ambicionado y deseado Estado de Salud.
No sé si en algún momento usted se ha percatado que aquellas personas que constantemente se quejan por todos, se lamentan de forma casi mantenida de su mala suerte, de sus desdichas, son precisamente, aquellas que con más frecuencia se enferman y esto responde a un fundamento que con frecuencia hemos comentado con ustedes, y es que el Sistema inmunológico, que es quien defiende al cuerpo de todas las enfermedades oportunistas que le puedan llegar, en el caso de comportamientos pesimistas y negativos, se deprime, no funciona adecuadamente el mismo y contrariamente, en aquellos casos de personas optimistas y positivas, es mucho más difícil que puedan enfermar y cuando sucede, pues lo asumen y lo resuelven de forma mucho más rápida y efectiva.
Ahora  bien, puede quedan interrogantes, por ejemplo: ¿Los pensamientos positivos pueden curar una enfermedad, pueden prevenirla, solo bastará con pensar de esta forma para tener salud? De ello les propongo continuar comentando la próxima semana que ya estaremos entrando en los mecanismos que nos permiten lograr salud a partir de pensamientos positivos.

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