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Eleanor Roosevelt

24 de marzo de 2021

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La noticia de la llegada de Eleanor Roosevelt sacudió a los medios de prensa cubanos, no solo por su condición de Primera Dama y esposa del presidente norteamericano, sino porque era una mujer admirada por su activo papel en el contexto histórico y social de su tiempo.

Mistress Roosevelt arribó a La Habana el 27 de marzo de 1944 y fue noticia de primera plana. En la noche de aquel día cenó en el Palacio Presidencial (donde hoy radica el Museo de la Revolución, en la Avenida de las Misiones), acompañada por las más importantes figuras del gobierno.

En la mesa, que según comentaron los reporteros estaba cubierta de flores, se habló acerca de la situación internacional y en particular del conflicto bélico en el cual estaban comprometidas buena cantidad de naciones (Cuba incluida).

La escritora y activista de la lucha contra el fascismo dio una conferencia de prensa en la que advirtió que no habría restricciones en los temas ni en las preguntas. Vestida de blanco, y de un modo muy sencillo, la visitante se aprestó a dar sus opiniones.

Alguien le preguntó sobre el papel desempeñado por las mujeres de América Latina en la lucha contra el fascismo, a lo cual respondió en estos términos:

– En cada uno de los países que he visitado, he podido advertir un sincero deseo de cooperación. En Brasil, por ejemplo, donde la industria de guerra ha adquirido auge notable, hay muchas mujeres que laboran directamente; en otros, cada una cumple la misión que le está encomendada.

Al referirse a sus compatriotas, las mujeres de Norteamérica, destacó que “muchas de ellas laboran en las industrias de guerra, pero la mayoría realiza una labor de extraordinaria importancia al asumir la responsabilidad del hogar con todas sus derivaciones”, en alusión a las madres, esposas e hijas de los combatientes que se hallaban en el frente.

Eleanor Roosevelt realizó una amplia campaña que tuvo como fin acentuar la participación de las mujeres en lo que ella denominó el frente interno, es decir, el apoyo por todas las vías posibles a los soldados que enfrentaban la agresión del fascismo.

Durante su visita a Cuba, la señora Roosevelt recorrió los campamentos militares, aeropuertos y demás instalaciones, al paso que dialogaba con algunos combatientes norteamericanos que sanaban en Cuba de las heridas recibidas en los frentes europeo y del Pacífico.

Convencida de la victoria sobre el fascismo, vehemente y decidida en sus proyecciones ciudadanas, Eleanor Roosevelt nunca dejó de ser una personalidad de relevancia mundial, ni aún después de la muerte de su esposo. Falleció a los 78 años, en 1962.

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