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El uso inteligente de las emociones en el recién nacido

14 de junio de 2013

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El uso inteligente de las emociones en el bebé y de cómo hacerlo centra nuestra conversación en esta oportunidad.
En el bebé encontramos estrategias que ellos mismos desarrollan para lograr una especie de auto tranquilidad. Muchas de ellas las conocemos porque son habituales en nuestra cotidianidad, y hablamos de la succión del dedo, abrazarse a su muñeco de peluche, a la almohadita, y muchas otras que nos hablan acerca de que ya va reconociendo la necesidad de afectividad, de emociones y que estas reacciones o comportamientos primarios responden a que se esta produciendo en ellos  una maduración y una evolución emocional. Estas estrategias que lo tranquilizan en gran medida, es una manifestación de un uso adecuado de sus emociones, y es el nacimiento, el origen de las futuras capacidades que podrá tener para asumir las más disímiles situaciones a las que tendrá que dar una respuesta adecuada.
Lo anterior nos habla acerca de la necesidad de desarrollar estrategias encaminadas a la estimulación de la inteligencia emocional desde las más tempranas edades. Se dice por estudios desarrollados que un recién nacidos pasa alrededor de 9 horas durmiendo durante el día y cerca de 8 durante la noche, con distintos intervalos para alimentarse, de ahí la importancia y la necesidad de estar atento a cuando el bebé esté despierto, que es el momento exacto para desarrollar esas estrategias encaminadas a reforzar sobre todo las relaciones afectivas con ellos y de influir, o de contribuir al desarrollo emocional adecuado.
Es importante conocer las etapas por las cuales los bebés pasan durante la vigilia, aspecto que le puede servir como base para desarrollar su estrategia en cuanto al desarrollo de las emociones. En realidad pasa por tres etapas de actividad y expresión emocional.
Hay una primera que se denomina, “Alerta tranquila”.  Que se produce en el preciso momento en que despierta, se queda quieto, observándolo todo, se observa sereno, su respiración es tranquila, se muestra o proyecta satisfacción y una serenidad sin limites. Este es momento es propicio para que usted le dé los buenos días, o las buenas tardes o buenas noches según sea el momento del día en que se ha producido este despertar, pero debe hacerlo con alegría, aún si usted esta pasando por un momento difícil, de tristeza, de una situación que provoque en usted depresión y tristeza, ese despertar del bebé debe ser recibido con optimismo y alegría. Es importante llenar este momento con  sensaciones placenteras a las cuales responderá siempre mirándote a los ojos.
Hay una segunda fase que se denomina “Alerta activa” Ya aquí el bebé se comienza a interesar por todos los objetos que puede alcanzar con su vista y por todos los estímulos auditivos e intentará responder a los sonidos. Puede que trate de imitarle y jugar con usted lo cual manifestará moviendo sus brazos, sus piernas, girando el cuello reconociendo e intentando ver todo lo que sucede a su alrededor, y gestualmente como a través de sus sonidos se mostrará emocionalmente alegre, satisfecho, lleno de plenitud, lo cual usted continuará reforzando a través de una comunicación absolutamente positiva, reitero, aunque usted se encuentre pasando en ese momento por situaciones muy difíciles. Si es necesario se colocará el disfraz de felicidad, lo actuará, pero no es recomendable otro tipo de comunicación en este momento. Inténtelo, no se deje vencer, que esto también contribuirá a que usted pueda ir haciendo su duelo por lo sucedido de forma más rápida y efectiva.
Otro de los recursos que puedes utilizar son los juguetes, sobre todo los de colores más vistosos, aquel juguete que es su favorito o aprovechar para que se relacione con otros.  Llegamos a la tercera etapa que es la del “Llanto” y aquí ya puede mostrarse cansado y es cuando puedes satisfacer sus necesidades de higiene y de alimentación, que son propicias para en el proceso de calmarlo, arrullarlo, decirle frases amorosas y tiernas, acariciarlo, besarlo, acogerlo bien cerca de ti, para que se sienta afectivamente aceptado, protegido y amado, porqué esas sensaciones si le van a llegar como también le pueden llegar las de rechazo, apatía y desamor. Con una comunicación afectiva y positiva, incrementará en el bebé la sensación de autoseguridad.
Llega entonces la cuarta etapa, denominada “Sueño”, precisamente comienza cuando observamos que el bebé se esta frotando los ojos, bostezará y hasta lo observemos con cierta intranquilidad. En este momento es preferible, se recomienda que  intente conciliar el sueño por sí mismo durante esta etapa somnolienta, pero si observamos que no lo puede lograr, puede mecerlo mientas le canta una tierna canción hasta que se quede totalmente dormido. Ese sueño, después de este proceso de vigilia tan positivo emocionalmente, será sin lugar a dudas, un sueño placentero y reparador, además de todo lo que ya ha contribuido al desarrollo de la inteligencia emocional y de un sistema emocional positivo y efectivo en el futuro.

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