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El singular combate de Luyanó

7 de mayo de 2018

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El 20 de mayo de 1925 tomaba posesión como quinto presidente constitucional de la República, el general de Brigada del Ejército Libertador Gerardo Machado y Morales, del partido Liberal, para terminar su mandato en 1929.

Ya Machado, conocido como el Mocho de Camajuaní, por haber perdido dos dedos en su oficio de carnicero, había sido secretario de Gobernación y alcalde de la  ciudad de Santa Clara.

Pero en 1927, todos los partidos con representación en el congreso, a instancias de Machado, aprobaban una ley conocida como La prórroga de poderes, que extendía el mandato del presidente,  todos los congresistas, gobernadores y alcaldes hasta 1935.

De la misma manera se agudizaba la represión contra los movimientos obreros y estudiantiles, así como el asesinato político, lo que provocó una gran repulsa de la población. Comenzaban las tánganas estudiantiles y los atentados revolucionarios contra los personeros del gobierno.

El nueve de agosto de 1931, la sección de expertos de la Policía Nacional recibía la información de que en la fábrica de medias ubicada en Manuel  Pruna y Trespalacios, en la barriada de Luyano, se reunían muchos revolucionarios y existía un arsenal bélico, por lo que encaminaron sus pasos hacia el lugar.

Al tratar de allanar el sitio, los agentes fueron recibidos por un nutrido fuego de disparos desde varias ventanas del edificio, un policía resultó muerto y otros ocho heridos, lo que suponía una gran cantidad de revolucionarios dentro del sitio. Cerca de 300 agentes rodearon el lugar.

Tras más de tres horas de tiroteo, comenzaron a disminuir los disparos, la policía supuso que a todos los sitiados se les había acabado el parque, por lo que decidieron entrar en la fábrica, y grande fue su sorpresa, cuando se percataron de que solo dos hombres se encontraban en el lugar: el capitán del Ejército Libertador Manuel del Pino y su amigo el tambien revolucionario Felipe Cabezas, conocido como El Gallego, ambos se cambiaban de ventanas para disparar, y hacer ver que eran muchos.

Los dos fueron masacrados después de los hechos.

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