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El sentido de la vida en José Martí

8 de agosto de 2025

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Obra de la artista de la plástica Isis de Lázaro

 

En su extensa y variada obra escrita Martí entregó más de una vez sus criterios en torno a la vida humana los cuales pueden considerarse como parte de los principios éticos que dieron sentido y unidad a su pensar y a su acción, los que podemos calificar como una filosofía humanista sustentada en el bien.
Desde muy joven en sus escritos para la prensa mexicana en 1875 y 1876 el Maestro abordó frecuentemente el tema de la vida. Veamos algunos ejemplos:
“La exuberancia de la vida es vida al fin.” Con la palabra exuberancia Martí indica que una vida puede desenvolverse en marcos muy anchos y ser sumamente abarcadora en su ejercicio.
“Vida incansable y perpetua nace más potente de la muerte.” Este es uno de los momentos en que relaciona estrechamente vida y muerte.” Obsérvese cómo estima que la muerte puede dar un sentido largo y eterno a una vida, como ha sucedido con su propia persona, engrandecida con su caída en combate y convertida hoy en una fuente de valores de alcance cada vez más universal.
“Son dichosos los que al irse de la vida dejan en ella afectos que ni saben la manera de olvidar.” Este pensamiento es absolutamente aplicable a su propia persona cuya valoración positiva se extiende cada vez más por diferentes pueblos y culturas, además de entre los cubanos.
“La vida se hace para algo más noble que para hacer oficio de quitarla a los demás.” Interesante y noble señalamiento en el que concede mayor relevancia a luchar por la vida y no para favorecer a aquellos que viven de ella.
“!Esa lucha no es meritoria! Se ha de vencer a la vida–¡Viviendo!
“Embellecer a la vida es darle objeto.”
También en más de un caso opinó acerca de su propia vida a menudo en escritos que no destinó a publicar sino que estampó en los volúmenes de sus escritos que se conocen como sus Cuadernos de apuntes. Veamos algunos ejemplos:
“ Toda mi vida ha sido una hora de ansia.”
“La vida tiene sus bestias y sus fieras… y sus gusanos.” Y en otro momento volvió sobre este criterio y afirmó: “La vida tiene sus bestias y sus fieras,–sus pavos reales y sus águilas.” Obsérvese que junto al aspecto negativo, o sea, “la bestias y fieras”, Martí señala a animales vistosos y hermosos como el pavo real y el águila.
Su juicio se endurece por momentos como este: “La vida humana sería una invención limitada a la vida en la tierra.” Así escribe en el Prólogo al Poema del Niágara, obra de su amigo, el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde. No parece Martí estar pensando en una vida en el más allá, sino en la dimensión que por sus acciones durante su vida puede alcanzar una persona en la posteridad, como ha sucedido con él mismo.
Cerramos con esta larga nota en uno de sus cuadernos de apuntes, en el que reflexiona hondamente acerca del sentido de la vida: “Para vivir no hay más que un medio: sobreponerse a la vida. Mirarla como de gigante a enano—vivir es como ir arrastrado por un torrente. Se es tragado por él, sin beneficio humano, ni gloria propia. O se desembaraza uno de las olas, y sereno desde la playa, las mira correr. Y queda la poderosa mente libre, mientras las aguas ruedan. Pero para esto se necesita ser egoísta.”
Y uno se pregunta ante esta declaración martiana si su propia vida no fue esa lucha intensa para escapar al egoísmo y sacrificar su propia obra creadora en las letras y el pensamiento para dejarse arrastrar por las olas que lo obligaban a luchar por la patria y por una nuestra América libres.
Son muchas más las referencias martianas a la vida. Basten estas pocas para acercarnos a su comprensión de la complejidad del asunto que pasaba por su propia vida, el cual requiere de un estudio más extenso.

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