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El Reparto Las Murallas: conformación de la manzana No.14 o “del Payret”

7 de julio de 2021

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Ceremonia por el derribo de las murallas. Puertas de Monserrate, 1863

Ceremonia por el derribo de las murallas. Puertas de Monserrate, 1863

 

En el siglo XIX la muralla, cuya eficacia nunca necesitó ser comprobada, obstruía el desbordante crecimiento de la ciudad, por ello en 1863 el Gobierno Central de Madrid autorizó su demolición y el 8 de agosto de ese mismo año comenzaron las obras de derribo, después de un acto público que contó con la presencia del Gobernador General de la Isla Domingo Dulce y del Alcalde de La Habana, el señor Conde de Cañongo.

La centralidad de los terrenos determinó que fueran muy codiciados y pronto se aprobó la creación de un reparto llamado precisamente Las Murallas, que comprendía el área donde se levantaba la muralla y la del glacis. En el propio año 1863 se presentaron varias propuestas para su trazado y en 1865 quedó aprobado definitivamente el plano del mismo.

El diseño aceptado planteaba la apertura de una red de calles de quince metros de ancho, nucleadas entre dos extensas avenidas que cruzarían de un extremo a otro del espacio antes ocupado por la muralla, siguiendo una trayectoria paralela al Paseo del Prado: Monserrate y Zulueta.

La manzana No. 14 fue trazada sobre el glacis de la antigua muralla, por lo que sus cimientos quedaron libres de la presencia de algún baluarte o los fosos de esta fortificación que protegió a la ciudad por mar y por tierra. Un plano de 1841 ilustra el recorrido y ocupación de la muralla, así como el del Paseo del Prado, entonces de Isabel II.

 

Detalle del Plano Topográfico de los Barrios Extramuros de la Ciudad de La Habana 1841. Zona donde luego se trazaría la manzana No. 14

Detalle del Plano Topográfico de los Barrios Extramuros de la Ciudad de La Habana 1841. Zona donde luego se trazaría la manzana No. 14

 

Una peculiaridad del nuevo centro urbano fue la coexistencia de las industrias más importantes de la ciudad, con residencias monumentales y edificios recreativos. Esto se produjo por tratarse de fábricas de tacacos y cigarros en su totalidad, la industria urbana estaba en manos de propietarios españoles, quienes poseían grandes capitales y fábricas en extramuros. Al quedar libre los terrenos del otrora cinturón defensivo, los capitalistas tabacaleros compraron solares para levantar sus fábricas, dentro de ellos destacan, José Gener, Pedro Murias, Calixto López y Miguel Jané.

Esta urbanización monumental que fue el Reparto Las Murallas concentró edificios públicos, teatros, hoteles, suntuosas residencias, inmuebles con funciones productivas, comerciales y administrativas, vinculados mayormente al capital económico y financiero peninsular de la época. Fue el espacio ideal para la expresión arquitectónica de lo que el poder español pretendía ostentar, aún en lo primeras décadas del siglo XX cuando ya había perdido la “siempre fiel Isla de Cuba”.

Muy bien lo revela el historiador Carlos Venegas en su obra La urbanización de Las Murallas: dependencia y modernidad, cuando afirma: “En efecto, Julián Zulueta, el marqués de Balboa, la marquesa de Villalba, José Gener, Anselmo González del Valle, Miguel Jané y otros miembros de la élite del dinero podían atribuirse esa prueba de adhesión al régimen, pues en plena guerra separatista construyeron en los solares del Reparto muchos de los edificios más valiosos y pretenciosos de la ciudad. En cierto modo dieron un nuevo giro al aspecto de la arquitectura habanera. Con ellos madura, o por lo menos se patentiza una intención de monumentalizar la arquitectura y de prestigiarla decorativamente, propósito que, si bien tuvo sus antecedentes desde casi un siglo antes, nunca se había generalizado y plasmado de modo tan evidente”.

 

Plano del terreno de las murallas, trazada la población en dicho espacio, 1865

Plano del terreno de las murallas, trazada la población en dicho espacio, 1865

 

En el propio esquema de urbanización del reparto de 1865, se aprecian los solares rectangulares y compactos, y aparece delineada la manzana enmarcada por las calles Prado, Teniente Rey, Zulueta y San José, entonces señalada con el número 14. Fue parcelada con diez lotes de grandes dimensiones: tres en la esquina de Prado, San José y Zulueta, otros cuatro por Prado y tres por la calle Zulueta.

 

Detalle, Plano del terreno de las murallas,1865. Haciendo esquina, la manzana del Payret

Detalle, Plano del terreno de las murallas,1865. Haciendo esquina, la manzana del Payret

 

Como muestra de la vocación del reparto desde sus orígenes, poco más o menos la mitad de la manzana se destinó a las funciones de recreación y servicios públicos. Precisamente, el Paseo del Prado fue una de las grandes líneas de inversión en Las Murallas, donde sobresalen, en primer lugar, los teatros, seguidos por los hoteles y casas de huéspedes. Así, se erigieron el hotel Pasaje y el teatro Payret en la década de 1870. Sus propietarios, por demás españoles, compraron los terrenos a la Real Hacienda para construir en ellos precisamente estas edificaciones. El resto de los solares fueron dedicados en su mayoría a la función residencial, aunque desde el propio siglo XIX las plantas bajas fueron locales o accesorias utilizados para la renta de diversos establecimientos comerciales.

La venta y construcción de los solares en dicha zona –apunta Venegas- transcurrió con lentitud hasta 1875, pues la guerra independentista no propiciaba la confianza de los negocios, y la inseguridad del final de la misma desalentó a muchos compradores. Por ello, el Paseo del Prado, al decir del historiador antes mencionado “no vio aparecer viviendas de importancia arquitectónica hasta ya entrado el siglo XIX. La mayor parte de las viviendas primitivas del Prado fueron, en general, construcciones con portal de madera y de una sola planta, con un aspecto poco elegante. Ya a mediados del siglo pasado [XIX] muchas de éstas habían sido transformadas, adquiriendo portales de cantería y novedosas propuestas arquitectónicas ornamentales”. De ese modo, a partir de 1876, con la construcción del hotel Pasaje, comienza a ocuparse la manzana, seguido por el Payret, concluido en 1877 y la casa de don José de Cárdenas y Gassie, en Zulueta esquina a Teniente Rey, en 1878.

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