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El recuerdo de Zenaida Manfugás

26 de abril de 2013

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Zenaida Manfugás

Dentro de pocos días va a conmemorarse el primer aniversario del fallecimiento de una importante intérprete cubana del piano, fallecida lejos de la Isla, se trata de Zenaida Manfugás, un nombre que merece ser mejor recordado por nuestros historiadores de la música.
No fue sencillo para la hija de Andrea Manfugás Crombet, directora de la modestísima filial del Conservatorio Orbón en Guantánamo, llegar a ser conocida en el mundo musical. Había nacido el 22 de febrero de 1932, lejos de los principales centros culturales de la Isla y encima era negra y pobre. Pero la disciplina y la austeridad ayudaron a vencer aquellos desafíos. Cuando su madre le había enseñado todo lo que sabía, la ayudó a acceder al Conservatorio Municipal de Música habanero.
El primero de sus triunfos llegaría en 1949, junto con su debut en escena, cuando el maestro Gonzalo Roig la invitó a actuar en el Anfiteatro de la Avenida del Puerto, junto a la Banda Municipal, como solista de una versión del Concierto en La menor de Edward Grieg.
Su talento fue abriéndole las puertas de algunas salas. Tocó en la Casa Cultural de Católicas. Jorge Mañach asistió a la velada y la elogió sin reservas en el Diario de la Marina.
Ernesto Lecuona la había conocido a través de Gonzalo Roig y la había invitado a participar en uno de sus Conciertos de Música Cubana, tan satisfecho quedó con su capacidad interpretativa, que la recomendaba con generosidad a promotores y empresarios.
Al graduarse en 1949 del Conservatorio Municipal, obtuvo una beca del Ministerio de Educación, para realizar estudios de especialización en España. Sólo en 1952 logró que se le entregara la correspondiente subvención. En Madrid, estudió en el Real Conservatorio con el prestigioso profesor Tomás Andrade de Silva y un tiempo después pudo tomar cursos en París con uno de los pianistas mayores del siglo XX: Walter Gieseking. Apenas un año después de su arribo a la capital ibérica ya había debutado con la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Regresó a Cuba al filo del triunfo revolucionario. Obtuvo una cátedra en el Conservatorio Alejandro García Caturla, tocó con la Orquesta Sinfónica Nacional y con la Orquesta de Cámara, hizo una gira de recitales por todo el país, tocó en Europa y en Asia. En 1970 decidió retornar a España aunque en 1974 fijó su residencia en Estados Unidos.
Llegó a tocar en el prestigioso Carnegie Hall, trabajó con la Orquesta Sinfónica del Nuevo Mundo y obtuvo la cátedra de Historia de la Música del Kean College de New Jersey, pero no pudo entrar en los grandes circuitos de conciertos. Para colmo, ningún gran sello discográfico se interesó en grabar sus interpretaciones. Como declaró ella, no sin humor, en una entrevista, deploraba: “No haber podido grabar discos profesionalmente para que quedara registrada así mi música para la posteridad, pues las pocas grabaciones que tengo fueron hechas con una grabadorita miki maus, no con un sello disquero en un estudio con todas las condiciones adecuadas.”
Su última aparición en público ocurrió el 22 de mayo del 2011, en el concierto “Tres pianos, tres intérpretes”, celebrado en el Wertheim Center de la Universidad Internacional de la Florida. Falleció en New Jersey el 2 de mayo de 2012, a los 80 años de edad.
Rescatar algunas de sus grabaciones, por limitadas que resulten, sería un apreciable aporte para el conocimiento de una notable intérprete de la pianística en Cuba.

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