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El primer edificio de La Moderna Poesía

29 de mayo de 2015

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02 La Moderna Poesía, principios del s.XX (Small)

El actual edificio de La Moderna Poesía, señalado con los números 525-527 de Obispo esquina a Bernaza, fue construido en terrenos de las demolidas casas marcadas con los números del 129 al 139 de Obispo y 7 y 9 de Bernaza, que José López Rodríguez fue adquiriendo poco a poco entre 1899 y 1910.
Consta que en 1796 existía en ese espacio una casa con su solar, y a mediados del siglo XIX todas las parcelas que confluyen en ambas calles estaban edificadas. Eran en su mayoría construcciones de una y dos plantas, de mampostería y tejas. Durante los primeros años del siglo XX, José López Rodríguez proyecta reformas en todas esas casas que había adquirido, intentando adaptarlas a los requerimientos de su floreciente negocio y considerando siempre la posibilidad de reconstruirlas todas como un único edificio.
En febrero de 1900 Pote ya era propietario de Obispo 133 y 135, y solicitó licencia a la Alcaldía Municipal para construir una casa en el solar correspondiente a las dos, que tenía una extensión superficial de 390m. En diciembre de 1902 las obras no habían comenzado, pese a habérsele concedido el permiso de construcción y dos prórrogas, por lo que la licencia caducó definitivamente. Lo único que se había fabricado en esos dos años fue un colgadizo de poca altura con citaras medianeras y frente de madera en la azotea de las casas, próximo al frente. Enseguida se ordenó su demolición “pues no es lo autorizado ni tales construcciones se permiten en los mejores sitios de la ciudad”.

03 La Moderna Poesía 1928 (Small)
En 1908 Pote solicitó otra licencia, en este caso para sustituir un machón de mampostería por una columna de hierro de 0.20m de diámetro en los dinteles que determinaban las dos puertas de entrada de las casas 129 y 131 de Obispo. El Director Facultativo, José Planas y Rivas, planteaba que al colocarse la columna se eliminaría el tabique divisorio de las dos casas, quedando la primera crujía de las dos convertida en un solo salón. Las obras no fueron autorizadas porque la fachada se encontraba fuera de línea, y José López Rodríguez reclamó a la Alcaldía Municipal planteando que “solo pienso hacer tal obra con el carácter de provisional, pues tan pronto sean adquiridas por mi dichas casas serán fabricadas todas de nueva planta y llevadas a la línea que les corresponde, no habiéndose efectuado ya estas obras porque por motivos agenos a mi voluntad ha tenido que retrasarse la compra-venta de las citadas casas No. 129 y 131”. Esta información no coincide con la inscrita en el Registro de la Propiedad, según la cual Pote había adquirido ambos inmuebles dos años antes de la expresada solicitud, o sea, en 1906, por lo que esta apelación posiblemente sea una estratagema del astuto hombre de negocios en aras de conseguir la licencia y hacer efectiva su voluntad.
De 1910 data otra petición de licencia de obras, entonces para ampliar el salón en planta baja de Obispo 133 y 135, por Obrapía, bajo la dirección facultativa de Alberto de Castro y con Pedro Sumalta como contratista. En enero de 1913 se le concedió el habitable.
Años después, en octubre de 1920, Pote gestionaba la modificación de Obispo 139 esquina a Plácido, nombre con el que a la sazón se conocía Bernaza. Pretendía abrir nuevos vanos en fachada, colocar arquitrabes, erigir un lucernario y construir pisos, cielo raso, carpintería y herrería nuevas. Licencia que le fue otorgada, con proyecto de los arquitectos contratistas Sucesores de J.F. Mata.
En 1922, a poco del fallecimiento de José López Rodríguez, su viuda Ana Luisa Serrano solicitó licencia para sustituir dos tramos de muros interiores por arquitrabes sobre columnas, y sustituir el paramento en el tramo comprendido por dichos muros en la casa Obispo 135, con proyecto del arquitecto Gregorio García. El resultado de todas esas remodelaciones fue un edificio de una sola planta, que se extendió horizontalmente llegando a abarcar toda la esquina de Obispo y Bernaza. De filiación ecléctica, destacó el acceso mediante el uso del chaflán, enmarcando la puerta con dos columnas jónicas estriadas y colocando en la parte superior un conjunto escultórico. El resto de las fachadas lo componían las vidrieras exhibidoras de todos los productos que se vendían en La Moderna Poesía. Esta fue la imagen del edificio que perduró hasta finales de la década de 1930, en que José López Serrano, uno de los herederos de Pote, decidió reconstruirlo.

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